LA PIEL TRANSLÚCIDA

06/03/2015


 

 

CentroCentro Cibeles acoge hasta el próximo 7 de junio, la exposición La Piel Translúcida, una selección de 67 obras de la colección de arte privada de Iberdrola, que por primera vez se exhibe en Madrid. La muestra recoge una compilación de las obras de pintura, escultura, fotografía y vídeo más relevantes del patrimonio artístico de la empresa, con una importante presencia de las adquiridas a lo largo de los últimos años. En ella se exhiben piezas de artistas como Chillida, Oteiza, Tàpies, Saura, Antonio López, Richter, Mapplethorpe o Twombly.

La colección de arte privada de Iberdrola ha sido galardonada recientemente por la Fundación ARCO en la categoría de Coleccionismo Corporativo, al considerar que es, hoy, uno de los conjuntos artísticos más relevantes de España. En los últimos años, se ha ampliado y reordenado en torno a tres bloques en constante desarrollo que subrayan tres etapas importantes de la evolución de Iberdrola como empresa. Destaca, además, la presencia de piezas provenientes de los entornos culturales en los que la compañía desarrolla su actividad, como concreción de los estrechos vínculos que le unen con las sociedades en las que está presente.

El primer bloque de la Colección Iberdrola ilustra el nacimiento de la compañía en Bilbao a principios del siglo pasado (1901), con obras de arte vasco de finales del siglo XIX y principios del XX, cuando la modernidad artística penetraba en nuestro país.

El crecimiento de la compañía y la consolidación de su liderazgo energético en España a partir de mediados del siglo pasado tienen su reflejo en el segundo bloque de la Colección Iberdrola, que está formado por obras de artistas españoles desde la década de los 50 hasta nuestros días.

Finalmente, la expansión internacional de la compañía en los últimos años supone la apertura de la Colección a artistas internacionales y un nuevo foco en otros medios como la fotografía y el vídeo. Además de la calidad artística de las obras y la relevancia del autor, el criterio seguido para la adquisición de cada pieza busca que cada nuevo ingreso sirva para crear lazos de relación (estético, formal, conceptual, temático...) con las piezas ya existentes, de manera que se genere un tejido cada vez más denso y rico en matices e interpretaciones.

Javier González de Durana, académico en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando (Madrid) y ex director de Artium de Vitoria y del Museo Balenciaga, entre otros centros, es el comisario de La Piel Translúcida, exposición que, tras su paso por Bilbao y Valladolid, llega ahora a Madrid.

La selección concreta realizada para su presentación en CentroCentro indaga sobre dos aspectos paralelos, pero complementarios. En un sentido concreto y real, la dermis como órgano que desde la superficie corporal comunica profundos sentimientos y estados de ánimo, de una parte. Y en un sentido amplio y metafórico, el arte como piel-signo que esconde un cuerpo-significado que el observador debe desentrañar a la vista de aquella desde su experiencia y conocimiento personales -esto es, desde su propia piel-, de otra parte.

En ambos casos se trata de una piel no opaca, sino de otra que permite entrever o intuir las luces emocionales y estéticas que se encuentran al otro lado, incitando a descifrar aquello que (nos) ilumina.

De la primera parte de la colección se presentan sólo dos piezas ligadas a los movimientos post-impresionistas y vanguardistas. Otras 29 obras testimonian la evolución del arte español desde 1957 hasta la actualidad y 35 trabajos más recorren la fotografía internacional desde los años 70 hasta nuestros días (incluidos fotógrafos españoles). Un total de 66 piezas, algunas de las cuales son de una gran monumentalidad.

 

 

 

Por otro lado, comentarles que la Fundación Iberdrola ha financiado la restauración de la Iglesia de San Pedro de la Nave (Zamora). Se trata de un templo visigodo, construido entre los siglos VII y VII a orillas del rio Esla, que cuenta con la declaración de Monumento Nacional desde 1912.

Fue diseñada siguiendo el esquema de una cruz griega inscrita en planta basilical de tres naves, que hoy nos proporciona un ejemplo curioso de híbrido entre estos dos tipos de plantas. Destacan los arcos visigodos de herradura y la decoración de frisos y capiteles, una de las más espectaculares de la arquitectura visigoda.

Las obras de restauración forman parte del Plan Románico Atlántico, un proyecto público-privado de colaboración transfronteriza para la conservación del patrimonio en el que participan la Fundación Iberdrola, la Junta de Castilla y León, la Secretaría de Estado de Cultura de Portugal, la Fundación Santa María la Real y las Diócesis de Zamora, Astorga, Salamanca y Ciudad Rodrigo.

La iglesia de San Pedro de la Nave (imagen inferior) está estrechamente ligada a Iberdrola desde que en 1930, a instancias de lo que hoy es la Empresa, fue trasladada piedra a piedra a la localidad zamorana de El Campillo, para evitar que quedara anegada por la construcción del embalse de Ricobayo.

El proyecto propuso un nuevo modelo de gestión del edificio, que permita una mejor organización de las visitas y una adecuada conservación del templo. Para lograrlo se ha creado un centro de recepción de visitantes, integrado en el entorno del edificio, que sirva para ordenar el acceso a la iglesia y facilite un área expositiva, donde poder mostrar las piezas y elementos históricos que, actualmente, atesora el templo.

También se han sustituido las cubiertas por unas de nueva ejecución que garantizan la estanqueidad del edificio. Asimismo, el edificio ha sido monitorizado a través del Sistema de Monitorización del Patrimonio (MHS) para controlar los parámetros ambientales y los datos obtenidos han servido para redactar las propuestas de intervención. Por último, se ha instalado un sistema de iluminación adecuado a sus características.

 

 

Dirección y horario de la exposición: Plaza de Cibeles, nº 1. Martes a domingo, de 10:00 a 20:00 horas.

 

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