EXPOSICIÓN DE UNA OBRA DE JEAN FOUQUET INÉDITA EN ESPAÑA

13/02/2014


 

 

Etienne Chevalier, tesorero de los reyes de Francia Carlos VII y Luis XI, encargó a Jean Fouquet un díptico que permaneció en la Iglesia Colegial de Nôtre Dame de Melun hasta que a finales del siglo XVIII fue dividido. El panel izquierdo, ahora en la Gemäldegalerie de Berlín, muestra a Chevalier arrodillado, acompañado por su patrón San Esteban; mientras que el derecho, propiedad del Real Museo de Bellas Artes de Amberes, representa a la Virgen de una manera sorprendentemente original en el contexto de la pintura francesa de la época.

En esta tabla de La Virgen con el Niño y Ángeles, verdadera obra maestra del siglo XV, Jean Fouquet evidencia la forma singular con que tradujo en imágenes las distintas influencias que contribuyeron a la gestación de su arte. Si la iconografía y, en particular, los ángeles monocromos rojos y azules están en deuda con la tradición nórdica, el modo en que resuelve la composición y la materializa evidencian su conocimiento del arte flamenco y del Quattrocento italiano. La forma de traducir las diferentes materias y los efectos de luz como el reflejo de la ventana sobre la superficie pulida de las dos bolas del trono remiten a Jan van Eyck. La construcción geométrica del espacio y su gusto por las formas puras, como la cabeza oval de la Virgen o sus senos trazados como con compás, evocan las obras de Paolo Ucello y Piero della Francesca.

Fouquet representa aquí a María como Madona de la leche, en posición frontal, ante un rico trono. La corona de ricas perlas y piedras preciosas, que descansa sobre su cabeza sujetando un velo transparente, la identifica como reina de los cielos. Lleva una capa de armiño y un traje de seda gris, que destaca su cintura estrechísima, mientras que el corpiño abierto deja ver uno de sus senos redondos. La Virgen sostiene a su Hijo desnudo sobre su rodilla izquierda. La posición escorzada del Niño hacia el lado izquierdo de la tabla -hacia donde dirige su rostro y su dedo índice-, conecta esta tabla con la de la izquierda del díptico en la que aparece el donante arrodillado con el rostro dirigido hacia la derecha, donde se encuentra Jesús.

María, con su piel blanca como el marfil, encarna el ideal de belleza de la época, casi sin cejas, con el nacimiento del cabello muy hacia atrás y unos rasgos, que según la tradición, serían los de Agnes Sorel, la amante del monarca francés Carlos VII -la primera amante real reconocida de forma oficial, poseedora de una gran belleza-, y de la que Etienne Chevalier fue testamentario.

Durante el período de exposición de esta obra de Jean Fouquet -inédita hasta ahora en España- en el Museo Nacional del Prado de Madrid, se organizarán unas breves explicaciones frente a la misma para situarla en su contexto histórico-artístico y comentar su presencia en relación con la colección del Museo (de lunes a jueves, a las 11:30 y 17:30 horas, a partir del 17 de febrero Sala 57A. Esta actividad es gratuita para los visitantes con entrada al Museo). Por otro lado, Pilar Silva, jefa de departamento de Pintura Española (1100-1500) y Pintura Flamenca y Escuelas del Norte (1400-1600), y responsable de esta nueva edición del programa La Obra Invitada, impartirá una conferencia en el auditorio el próximo 19 de febrero a las 18:30 horas.

 

Hasta el 25 de mayo de 2014 en el Museo Nacional del Prado de Madrid (Paseo del Prado, s/n)
Horario: lunes a sábado, de 10:00 a 20:00 horas; domingos y festivos, de 10:00 a 19:00 horas.

 

Volver          Principal

www.lahornacina.com