LA RECUPERACIÓN DE EL PAULAR

23/12/2013


 

 

El Monasterio Real de Santa María de El Paular, situado en el término municipal de Rascafría en la Comunidad de Madrid, está declarado Bien de Interés Cultural y es de titularidad estatal. Durante los últimos doce años el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, a través del Instituto del Patrimonio Cultural de España (IPCE), ha llevado a cabo diversas actuaciones de investigación, conservación y restauración en gran parte de este patrimonio tanto mueble, como inmueble, desde el retablo mayor de alabastro policromado o la sillería de coro, pasando por la portada de piedra del recinto, hasta las cubiertas del conjunto. La inversión total en estos trabajos ha ascendido a 12.813.359 euros (ver enlace).

La recuperación del Monasterio de Santa María del Paular es una tarea que se inició con la declaración del conjunto como Monumento Histórico Nacional el 27 de junio de 1876. Esta declaración fue gracias al empeño de un grupo de intelectuales y artistas de la época, que bajo el auspicio de la Institución Libre de Enseñanza lo habían convertido en su lugar de encuentro, y a la labor de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, ante la alarma causada por el deterioro de la cartuja tras la desamortización. Desde entonces no se cejó en el empeño de aportar iniciativas para dotar al conjunto de un uso. De forma parcial, ello se consiguió cuando a partir de 1918 se destinó una pequeña zona a la Cátedra de Paisaje de la Escuela de Bellas Artes de San Fernando. Tras la guerra civil se creó un Parador de Turismo en el lugar que hoy ocupa el hotel y, en 1954, el conjunto se cedió en usufructo a la Orden Benedictina.

Los medios dispuestos por la administración pública para la recuperación del Paular durante los primeros 85 años del siglo pasado, se destinaron a la restauración de las áreas consideradas entonces de mayor valor artístico, pero la complejidad de los daños, la gran extensión del conjunto monástico y la ausencia de metas a medio y largo plazo, impidieron realizar intervenciones ordenadas según una hoja de ruta que definiera las prioridades. No fue hasta 1991 cuando se realizó, con carácter general, una evaluación de daños del conjunto. Poco después, en 1996, se redactó, por iniciativa del entonces Ministerio de Cultura y de la Comunidad de Madrid, un Plan Director de Intervención Integral. Esta herramienta definió los objetivos estratégicos y los programas de actuación que, sin duda, ha sido la guía que ha tutelado las inversiones llevadas a cabo en los últimos años. El éxito del Plan Director ha radicado en fijar objetivos factibles, coherentes con la política y la normativa en materia de Patrimonio Cultural, y en coordinar su ejecución adaptándolos a los recursos disponibles por parte de las Administraciones Públicas e instituciones implicadas.

En este sentido, cabe resaltar el convenio de colaboración firmado por el Ministerio de Cultura y la Comunidad de Madrid el 24 de febrero de 1998, por un periodo de 4 años, que suponía dar forma jurídica al compromiso de colaboración que, de hecho, habían asumido años antes ambas partes. Aunque el convenio no fue prorrogado, ambas administraciones mantuvieron una línea de trabajo coordinada. Desde entonces, la gestión de las intervenciones a realizar en el Monasterio se lleva a cabo mediante una Comisión de Seguimiento (creada el 18 de marzo de 1998) en la que participan el Ministerio de Cultura, la Comunidad de Madrid, el Ayuntamiento de Rascafría, la Orden Benedictina y la Asociación de los Amigos de El Paular. Esta Comisión se encarga de proponer, de acuerdo con las necesidades y criterios técnicos del Plan Director, las actuaciones prioritarias.

Una vez resueltos los problemas que afectaban al soporte físico de la mayor parte de las edificaciones, se han realizado en los últimos años grandes esfuerzos para mejorar tanto su funcionalidad, como la puesta en valor de los bienes muebles y elementos singulares que contienen, de modo que el visitante pueda percibir la verdadera significación histórica y arquitectónica del conjunto monumental.

 

 

Cabe destacar de las últimas actuaciones llevadas a cabo el importante proceso de recuperación del ciclo pictórico realizado por Vicente Carducho para el conjunto monástico entre 1626 y 1632. Este proyecto, realizado por el Museo Nacional del Prado y concluido en 2011, junto con la intervención previa de restauración arquitectónica del claustro llevada a cabo por el IPCE, ha permitido que dicho espacio sea accesible a los ciudadanos en su completo esplendor. La serie pintada por Vicente Carducho (Florencia, hacia 1576 - Madrid, 1638) a comienzos del siglo XVII para la Cartuja de Santa María de El Paular se puede contemplar así en su emplazamiento original, integrado por los más de 40 metros que conforman las galerías o pandas sur, oeste, norte y este del recinto del Claustro donde permanecieron más de dos siglos.

Las 52 telas del Claustro se dividen en dos grupos: las 27 primeras ilustran la vida del fundador, San Bruno de Colonia (1035-1101), desde el momento mismo en que decide abandonar la vida pública y retirarse a la Grande Chartreuse, hasta su muerte y primer milagro. El segundo grupo está dedicado a los hechos más notables de los cartujos en diferentes ámbitos geográficos de Europa, en un recorrido por los siglos XI al XVI que muestra el impulso fundacional de la orden, y los tópicos sobre la misma: el retiro en paisajes solitarios de gran belleza y la vida de humildad, mortificación y penitencia, dedicada al estudio y la oración. El ciclo se cierra además con escenas "heroicas", la persecución y el martirio padecidos por algunas comunidades cartujanas en los siglos XV y XVI, unas imágenes que pretendían reforzar la fe de los cartujos, al tiempo que proyectaban los conflictos religiosos y territoriales de la Europa del momento. Por lo demás, la serie refleja bien la característica religiosidad del Barroco, marcada por la oración, el martirio, los milagros y las visiones extáticas.

Con todo el trabajo realizado hasta hoy, el futuro de El Paular se afronta a través del diseño e implantación de un Plan Estratégico de Gestión Sostenible, que encauza su capacidad de generación y explotación de recursos propios. Todo ello debe llevarse a cabo de forma compatible y sinérgica, tanto con la vida y actividad monástica de la pequeña comunidad benedictina que lo habita, como con el nuevo marco medioambiental generado por la creación del Parque Nacional de las Cumbres del Guadarrama, de modo que el conjunto monumental recupere un protagonismo en la estructura cultural, económica y social del Valle del Lozoya y su territorio.

La muestra La Recuperación de El Paular, organizada por la dirección General de Bellas Artes y Bienes Culturales y de Archivos y Bibliotecas y el Museo Nacional del Prado, permite hacer un recorrido por los proyectos de restauración realizados por el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte y la Comunidad de Madrid durante los últimos 25 años en gran parte del patrimonio mueble e inmueble. Se expone en una de las estancias recientemente restauradas del Monasterio de Santa María de El Paular, en Rascafría, y está comisariada por el arquitecto Eduardo Barceló y la conservadora Leticia Ruiz.

La muestra realiza un recorrido por la historia del monasterio. Así, da cuenta del periodo comprendido entre 1390 y 1836, el proceso desamortizador del siglo XIX y sus efectos hasta 1936. Seguidamente expone todo lo acontecido en el pasado reciente del conjunto monástico, desde 1936 a 1985, periodo que abarca la posguerra y la llegada de la Orden Benedictina que actualmente habita el inmueble. Para terminar la visita, se pueden contemplar los resultados de los proyectos de recuperación realizados entre 1985 y 2013, en los que se incluye una sección dedicada a la recuperación de la serie cartujana pintada por Carducho, así como al proceso creativo de la misma. En esta sección, dibujos, modelos a color y estampas acompañarán a un vídeo en el que se da cuenta del significado de la serie, su dispersión y posterior recuperación. Además, se han traído de la parroquia de Rascafría cuatro obras que pertenecieron al Monasterio: dos mesas barrocas sobre las que se han situado las tallas San Bruno de Pedro, de Alonso de los Ríos, y San Miguel Arcángel, de Luis Salvador Carmona.

 

 

Hasta el 30 de diciembre de 2014 en el Monasterio de El Paular (Carretera M-604, km. 26,5)
Horario: laborables, fines de semana y festivos, de 10:00 a 14:00 y de 17:00 a 19:00 horas.

 

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