EL LEGADO CASA DE ALBA

29/11/2012


 

 

El patrimonio artístico y cultural que ha acumulado la Casa de Alba a través de los siglos desde su fundación en el siglo XV es enorme. Han llegado hasta nuestros días innumerables obras de arte y documentos que han sobrevivido a los avatares de la historia de España.

La exposición El Legado Casa de Alba. Mecenazgo al Servicio del Arte quiere dar a conocer, no sólo la excelsa colección de obras de arte de la Casa de Alba, sino también la importante y complicada labor de creación, formación, recuperación, protección, conservación y mecenazgo llevado a cabo por numerosos titulares de esta Casa a lo largo de los siglos. Así mismo, destacar el servicio a la Corona y a España; la vinculación y apoyo a la sociedad civil y religiosa, a la educación y la cultura, por las distintas generaciones de la familia, que ha permitido crear un legado único y han convertido a la Casa de Alba en una referencia en España.

La primera parte de la muestra se centra en narrar la historia y las hazañas de la Casa de Alba, así como su vinculación a la Corona y la defensa de la política y sociedad española. Se incluyen en este capítulo los retratos de los más representativos miembros de la familia, así como de miembros de la realeza, familiares y amigos; los cuadros religiosos ligados a la Casa, algunos de ellos encargos a grandes maestros; la inusual escultura del Gran Duque luchando contra los enemigos de Felipe II, representados en la figura de una hidra con las cabezas de Isabel I, el Papa Paulo IV y el Gran Elector de Sajonia; la colección de cartas autógrafas de Cristóbal Colón, la más extensa que se conoce, donde se recogen datos tan singulares como detalles de la preparación del primer viaje, el rol de marineros del mismo (con los nombres de los hermanos Pinzón) y un dibujo de su mano de la silueta de primera isla que descubrió, la Española; el nobiliario de Indias; el fondo documental de extraordinaria importancia de cartas reales expedidas por la Cancillería de Indias, concediendo escudos de armas a conquistadores, ciudades e indígenas; y la colección de trajes del Rey llevados en el día de la Epifanía y entregados al Duque de Alba, tradición otorgada al Conde de Ribadeo, y de la que quedan los uniformes de Alfonso XII, Alfonso XIII y el uniforme que llevó el Rey como Capitán General del Ejército de Tierra.

El capítulo segundo destacaría la labor de mecenazgo de la Casa de Alba en la sociedad española, europea y americana a los largo de los siglos pasados. Hay que citar las donaciones al Convento de las Agustinas de Salamanca y al Colegio del Cardenal de Monforte de Lemos (Lugo); la labor de patrono de la XIII Duquesa con Francisco de Goya, que permitió la realización de obras maestras, algunas íntimas y cercanas favorecidas por una excelente relación personal; la ingente actividad de mecenazgo y de coleccionismo llevada a cabo por del VII Duque de Berwick y XI de Alba; el apoyo a artistas como Álvarez Cubero y Solá; la formación de una colección de arqueología, única en España, así como la ampliación de la colección de pintura. En este capítulo hay que resaltar también la figura del X Conde de Aranda, llevando a su esplendor la Real Fábrica de Cerámica y Porcelana de Alcora, fundada por su padre. La visión de este gran militar, diplomático y político reformista ilustrado desarrolló un proyecto importante desde el punto de vista económico y social, al igual de artístico y cultural, que no tuvo precedentes en la España ilustrada del siglo XVIII.

El último capítulo engloba las obras de arte que se han acumulado gracias a las relaciones y costumbres sociales, personales y familiares, de los sucesivos miembros de la Casa de Alba a través del tiempo. El arte y la cultura como parte de la vida cotidiana, recuerdos y regalos, ejemplo de una importante y refinada vida social y familiar. En este grupo cobran un especial lugar los regalos de los Emperadores de Francia a sus hermanos los XVI Duques de Alba, así como, la colección de miniaturas, retratos íntimos de la familia y referencias artísticas de obras fundamentales. Por último, regalos de ámbito más privado, como una polvera de Cartier y una Cajita de Representación de Fabergé, que nos hacen partícipes de un sentir elevado y singular.

 

 

La visita a la exposición va jalonada de una serie de textos, impresos en la pared, en español e inglés, que permitirá una mejor comprensión del discurso expositivo. El orden expositivo es el siguiente:

 

La Casa de Alba y el Reino de España
El origen de la casa de Alba se remonta al año 1434, cuando Juan II de Castilla, confirma a Gutierre de Toledo, obispo de Palencia, la merced de la villa de Alba de Tormes (documento que puede verse en la exposición). El apoyo a la Corona de Castilla y posteriormente de España, generaron nuevas mercedes y títulos, hasta llegar al siglo XXI, donde se acumulan en una sola persona 45 títulos nobiliarios con 18 Grandezas de España y un importante patrimonio cultural mantenido y acrecentado a lo largo de los siglos.

Documentos y Legajos Antiguos
El archivo de documentos, manuscritos e impresos históricos de la Casa de Alba es único en el mundo, con ejemplares magníficos como testamentos reales y de los duques de Alba, privilegios reales, nombramientos políticos y militares, y escrituras de mayorazgos. Cabe resaltar la Biblia de la Casa de Alba, del siglo XV, maravillosamente iluminada (puede verse en la exposición), así como manuscritos del siglo XV como el de Espejo de Legos, las Morales de San Gregorio o el de las Aves del Canciller Ayala. Importantes incunables, únicos en Bibliotecas españolas, de Cicerón, Plinio del Joven y de Jacobus de Gruytrode, así como una primera edición de El Quijote (puede verse en la exposición).

El Gran Duque de Alba
Fernando Álvarez de Toledo, III duque de Alba, fue, sin lugar a dudas, el más destacado militar de su época. De niño se escapó de casa para combatir a los franceses en Fuenterrabía, plaza de la que fue nombrado gobernador. En su juventud sirvió a Carlos V, participando en la conquista de Túnez y de Estrasburgo. En el reinado de Felipe II combatió en Italia al Papa Paulo IV. Desde 1567 gobernó Flandes, enfrentándose en una guerra terrible a Luis de Nassau y Guillermo de Orange. La conquista de Portugal constituye el postrer episodio de su brillante carrera.

Pintura Española del Siglo de Oro
La importancia de la pintura española del siglo XVII en la pinacoteca de la Casa de Alba muestra el interés de la alta aristocracia española por el arte y la cultura de su tiempo. Obras maestras de Ribera, encargos del VI conde de Monterrey, mecenas del pintor, siendo Virrey en Nápoles, que se encuentran en el Convento de Agustinas de Salamanca; los paisajes del pintor procedentes del Condado de Miranda, y el Retrato del Canónigo pintado por Murillo, de la colección de la XIII Duquesa recibido de su madre, la Duquesa de Huéscar. Todas ellas pueden verse en la exposición.

El Nobiliario de las Indias / El Emperador Carlos V
Es un fondo documental de extraordinaria importancia, compuesto por cartas reales expedidas por la Cancillería de Indias concediendo escudos de armas a conquistadores, ciudades e indígenas. Estos documentos son copias de los originales que se han perdido en su mayoría, y entre ellos aparecen personajes de la importancia de Francisco Pizarro, Hernando de Luque, ciudades como Arequipa, Trujillo o Santiago de Chile, y varios indios como los hijos de Moctezuma.

La Colección del Marqués del Carpio y Eliche
Luis de Haro, IV Conde-Duque de Olivares, Marqués del Carpio y de Eliche, es el más importante coleccionista de su siglo. Su pasión por la pintura le hace rodearse de especialistas que le asesoran y de agentes comerciales para ejecutar las adquisiciones, reuniendo una formidable pinacoteca, acrecentada después por su hijo Gaspar de Guzmán, virrey de Nápoles. El inventario de la colección a su muerte, y la venta de la parte de la misma, revela que, pese al elevado número de obras que la componen, gran parte de ellas son obras maestras. El cuadro de Seghers de Artemisia fue vendido en la citada almoneda y recuperado para la colección de la Casa de Alba por el XIV Duque.

Los Estuardos, Reyes de Escocia
Este desconocido retrato de la Reina escocesa María Estuardo, que tuvo una desgraciada vida y fue ejecutada bajo el reinado de su prima Isabel I, puede verse por primera vez en esta exposición. Su nieto Jacobo II y VI de Escocia, el último Rey católico de Inglaterra, será padre del primer Duque de Berwick.

La XIII Duquesa de Alba, su Muerte y la Dispersión de la Colección
Figura emblemática dentro de la sociedad española de la época, inspiradora de las más evocadoras leyendas, doña Cayetana fue una mujer curiosa, culta y refinada. Había recibido una excelente educación de su abuelo, el XII Duque, y de su madre, la Duquesa de Huéscar, (cuyos retratos por Mengs podemos ver en la exposición). El matrimonio con su primo el marqués de Villafranca les hacia poseedores de los más importantes mayorazgos y honores, pero murieron jóvenes y sin descendencia. Algunas obras maestras de la colección pasaron a manos de Godoy, como La Venus del Espejo, de Velázquez, y La Sagrada Familia, de Rafael, y con el tiempo saldrían de España. Muchas obras fueron heredadas por sus sirvientes y amigos. En estos atribulados momentos de la invasión francesa se produjo la dispersión de parte de la colección original.

El Ducado de Berwick y Felipe V
Jacobo Fitz-James Stuart, Duque de Berwick, acude en ayuda del pretendiente francés a la Corona Española en la Guerra de Sucesión, el futuro Felipe V. El 25 de abril de 1707 resultó vencedor de la batalla de Almansa, lo que le valió los ducados de Liria y Jérica y la imposición del Toisón de Oro (que describe el cuadro de Ingres).

El Ducado de Veragua y las Cartas de Colón
El tercer Duque de Berwick, lo será también de Veragua por su madre, Catalina Colón de Portugal, descendiente de Cristóbal Colón. Su nieto Carlos Miguel será VII duque de Berwick y XIV de Alba. La colección de cartas autógrafas colombinas de la Casa de Alba es la más importante y extensa del mundo. Destacamos aquellas en las que se mencionan los preparativos para emprender viaje, las que recogen los nombres y rol de marineros del primer viaje, incluyendo a los hermanos Pinzón, así como un dibujo de su propia mano de la silueta de la primera tierra descubierta, bautizada La Española.

El XIV Duque de Alba, Carlos Miguel
Carlos Miguel Fitz-James Stuart y Silva, VII Duque de Berwick y XIV Duque de Alba, inteligente, culto y viajero, hará un particular viaje por Italia, interesándose por la arqueología, la pintura de los grandes maestros y el arte de sus contemporáneos. Su especial interés por Antonio Canova le lleva a realizar una labor de mecenazgo con los principales escultores españoles, que les permitirá trabajar en el taller del célebre artista; así, José Álvarez Cubero o Antonio Solá se verán beneficiados de este trato, guardando la colección Alba importantes retratos y esculturas de temas mitológicos de la mano de ambos artistas. El duque comprendió la importancia de recuperar obras de arte; así, recibiría 32 cuadros de la antigua colección que acrecentó con importantes compras en Europa como el Fra Angélico La Virgen de la Granada, o el Rubens Camino al Mercado, obras maestras que salen por primera vez del Palacio de Liria.

El Conde de Aranda y la Cerámica de Alcora
La Real Fábrica de cerámica y porcelana de Alcora se creó en 1727 de la mano del IX Conde de Aranda, pero fue con su hijo D. Pedro Pablo Abarca de Bolea, X Conde de Aranda cuando la fábrica alcanza su mejor producción. Aranda militar, diplomático y político reformista ilustrado será el único noble español que coge el testigo de Felipe V y sus sucesores de crear una fábrica de arte suntuario español, con ello se favorecerán el crecimiento de la economía y el desarrollo de un arte singular y español. La producción de Alcora terminaría en 1827.

La Colección Arqueológica del Grand Tour del Duque Carlos Miguel
El interés del duque Carlos Miguel por la escultura y por la arqueología le llevó a crear una magnífica colección, que pensaba exponer en una galería, cercana al Palacio de Liria, para disfrute y estudio de los españoles. De sus viajes por Italia consigue una importante colección de cráteras griegas (de la que podemos disfrutar en esta exposición de una pequeña selección), así como de escultura griega, helenística y romana. Tal fue su afición a la arqueología que su viaje de novios, con la italiana Rosalía Ventimiglia, los pasa en las ruinas de Pompeya y Herculano, en el año 1817.

La Colección de Pintura del Duque Carlos Miguel
Terminada la Guerra de Independencia, el XIV Duque reside varios años en Italia. Su pasión por el arte, en todas sus vertientes, es tan grande que llegó a tener al final de su vida (aparte de las 268 que ya poseía como herencia), 168 lienzos, 5.148 dibujos, 17 tapices, 15 atlas geográficos, 293 libros, etcétera. Obras maestras de la colección de la Casa de Alba proceden de estos viajes, como el Fra Angelico y el Rubens mencionados, y una extensa y selecta colección de pintura italiana y flamenca. En este capítulo hay que destacar su apoyo como mecenas a grandes escultores españoles en Roma, como los también citados Álvarez Cubero y Solá, que realizaron sus mejores obras bajo la protección del duque.

Napoleón III de Francia y la Emperatriz Eugenia
Eugenia de Montijo, Condesa de Teba, adquiere relevancia en el panorama internacional social gracias a su matrimonio con Napoleón III, Emperador de los Franceses en 1853. Durante su reinado, la Emperatriz inaugura el Canal de Suez, conoce personalidades de todo el mundo a su paso por París y se relaciona con los más excelsos artistas de la época. El acercamiento de la sociedad española a la Corte francesa del II Imperio durante este período es intenso y produce una gran influencia en el arte español del momento.

Las Relaciones Fraternales entre los Emperadores de Francia y los Duques de Alba
La hija mayor del VIII Conde de Montijo, María Francisca de Sales Portocarrero, se casa con el XV duque de Alba en 1844. Su única hermana, Eugenia, lo haría con Napoleón III unos años más tarde. La relación entre las hermanas fue siempre muy estrecha, de ahí que hubiese un intercambio de regalos entre las dos parejas. La prematura muerte de la duquesa, y a su vez, la del Emperador y el Príncipe heredero, reforzó los vínculos de la Emperatriz con sus sobrinos Alba. A su muerte recibirían toda su herencia, incluso importantes obras que el estado francés entregaría como privativas de la Emperatriz. El Palacio de Liria conserva una exquisita y única colección de cuadros, artes decorativas y recuerdos de la Emperatriz y su tiempo.

Los Trajes del Rey del Día de la Epifanía, el Conde de Ribadeo
Juan II concedería el título de conde de Ribadeo, en 1431, a Rodrigo de Villaldandro. El título llevó posteriormente parejo el comer con el Rey el día de Epifanía y llevar el traje que se había puesto el Rey ese día, como consecuencia de que el conde había librado al Rey de caer en manos del Infante Don Henrique. Esta tradición se ha mantenido a lo largo de los siglos. El titulo pasaría a la Casa de Híjar, siendo el abuelo materno de la actual Duquesa de Alba el último poseedor antes de pasar a la Casa de Alba. En Liria se conservan los uniformes llevados por los reyes Alfonso XII, Alfonso XIII el día de la epifanía desde el comienzo de su reinado, y del Rey como Capitán General del Ejército de Tierra. Los anteriores se perdieron en la turbulenta escena política y social que vivió España en los siglos XIX y principios del XX.

Objetos de Ámbito Privado de Fabergé y Cartier
Se exponen por primera vez fuera del Palacio de Liria dos pequeños objetos de gran calidad artística, firmados por dos grandes casas de joyería del siglo XX. La primera es una caja imperial rusa, realizada en jade siberiano con monturas de oro de distintos colores y miniatura de Nicolás II en la tapa, firmada por Vassily Zuiev y rematada por una corona imperial, enmarcada en diamantes. Esta caja perteneció a la Zarina Viuda María Fedorovna. La otra pieza, es una pequeña polvera con compartimentos, realizada por la Casa Cartier en los años 20, a partir de los diseños de Georges Barbier de oro esmaltado en negro, con una pantera de pavé de diamantes y ónix flanqueada por dos cipreses de esmeraldas talladas. La pieza está firmada.

El Duque Jacobo y la Duquesa María del Rosario
Los padres de la actual Duquesa de Alba fueron una pareja aristocrática que estuvo en contacto con la sociedad de su época. Viajeros y refinados, protegieron la herencia recibida y la acrecentaron con nuevas adquisiciones. La labor de reconstrucción del Palacio de Liria y la recuperación de la colección del duque (compartida por la duquesa Cayetana) en uno de los momentos más duros de la sociedad española, reflejan la importancia que para la Casa de Alba tiene mantener su herencia recibida y acrecentarla como reflejo de una sociedad española viva y floreciente.

La XVIII Duquesa Cayetana
El XVII Duque de Alba, Jacobo Fitz-James Stuart y Falcó, se casa con Rosario de Silva y Gurtubay, Marquesa de San Vicente del Barco, en el año 1918. De este matrimonio nacerá la actual duquesa de Alba. La prematura muerte de la duquesa Rosario hace que la educación de la joven niña pase a manos de su padre, que le transmite el respeto a sus antepasados y la importancia de preservar el legado recibido de la Casa de Alba. La labor de conservación, estudio, recuperación y ampliación del patrimonio recibido llevada a cabo por la duquesa Cayetana, ha permitido que la Casa de Alba sea toda una referencia de las casas aristocráticas españolas en todo el mundo.

La Colección de Pintura Impresionista Francesa
La duquesa Cayetana, en su labor de acrecentar el patrimonio recibido de sus antepasados, y con el ánimo de pervivencia y el disfrute de los españoles, ha coleccionado importantes obras pertenecientes a la pintura impresionista francesa, tan escasa en las colecciones españolas. Su interés por el arte de su tiempo le ha llevado a conocer y a coleccionar obras realizadas por numerosos artistas internacionales, como Pablo Picasso o Joan Miró, y a apoyar la música y la ópera en España. 

 

Del 30 de noviembre de 2012 al 13 de marzo de 2013 en el Centro Cibeles de Cultura y Ciudadanía
(Palacio de Cibeles, Plaza de Cibeles, nº 1, Madrid) Horario: Martes a domingo, de 10:00 a 20:00 horas;
cerrado todos los lunes, los días 1 y 6 de enero de 2013, y los días 24, 25 y 31 de diciembre de 2012.

 

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