La exposición Monstruos Devoradores de Energía en la Casa América de Madrid asume un artículo electrodoméstico vital en la cotidianidad cubana (el refrigerador), no solo por su función doméstica, utilitaria, sino además queremos verlo como objeto cultural, pues se trata de una serie de ellos fabricados dentro de marcas y modelos comerciales que ya alcanzan cincuenta o más años de producidos y por supuesto de utilización en Cuba: General Electric, Leonar, Frigidaire, Whirl, Philco, Westinghouse, Gibson, etcétera.

Su estatus doméstico centrípeto, evidente en su dimensión antropológica contemporánea sobre todo para nosotros los cubanos, y al ser estos equipos grandes consumidores de energía, dirigen el interés de nosotros hacia su conversión estética, reciclándolos.

Es capital para el proyecto reciclar este tan importante efecto electrodoméstico convirtiéndolo en arte, este es el axioma principal que caracteriza a la exposición Monstruos Devoradores de Energía. Cada artista escogido interviene uno de ellos (de un total de 52 refrigeradores y 55 artistas), siempre que la marca, el modelo y el tamaño le resulten lo más adecuado posible según la poética autoral.

En algunos casos, el artista asume el refrigerador como soporte sobre el cual extiende una visualidad pictórica, que puede ser figurativa y/o cromática. Otros creadores intervienen el refrigerador en su cualidad objetual-tridimensional, aprovechando sus posibilidades escultóricas. También están los que utilizan aspectos estructurales y expresivos de diversas técnicas y manifestaciones de las artes plásticas.

La muestra podrá visitarse hasta el 8 de abril de 2007. Cada uno de los artistas participantes concibe junto con los comisarios, las instrucciones, las aplicaciones, funciones o servicios que brindarán sus refrigeradores una vez colocados en el lugar de exposición, porque nos interesa potenciar la cualidad expositiva, exhibitiva que los caracteriza en nuestros hogares ahora desde el arribo estético de estos nuevos signos y los servicios que ofrecerían. Importante señalar que la inmensa mayoría de las neveras funcionan, de modo que hacemos coincidir la función primaria para la cual se fabricaron con la cualidad artística.