NO FUERON SOLOS

27/05/2012


 

 

La exposición NO FUERON SOLOS. Mujeres en la Conquista y Colonización de América aborda por primera vez la presencia y participación activa de la mujer en la conformación del Nuevo Mundo, un tema poco estudiado y mucho menos conocido. La mujer ocupó puestos destacados en la conquista de América, fue pionera en el ámbito socio-económico y determinante en el asentamiento y el proceso de consolidación cultural de la naciente sociedad hispanoamericana.

Treinta mujeres acompañaron a Colón en su tercer viaje, más de 300 llegaron a Santo Domingo en el primer cuarto del siglo XVI y la población femenina constituyó casi una tercera parte de los pasajeros embarcados con destino a América entre 1560 y 1579. Entre esas mujeres existen historias personales de gran interés, como la de Mencía Calderón, mujer de Juan de Sanabria, que a la muerte de su marido se hizo cargo de la expedición al Río de la Plata, o la de Isabel Barreto, almirante de la Armada de Felipe II.

El discurso museográfico recupera investigaciones recientes avaladas por documentación procedente del Archivo de Indias, de los archivos de Protocolos de Madrid y Sevilla y de la Real Academia de la Historia, además de archivos privados. Con la participación del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, y la Fundación Museo Naval, la muestra exhibe un centenar de piezas pertenecientes al patrimonio histórico de la Armada, y a otros museos estatales, privados y colecciones particulares.

Estructurada en cuatro grandes apartados y una decena de módulos, NO FUERON SOLOS recorre el proceso de conquista y colonización en toda su magnitud: la intervención crucial de la reina Isabel la Católica para derribar el escepticismo de la Corte al viaje colombino; la difícil travesía a Indias y la inevitable colisión de dos mundos; el mestizaje y el papel desempeñado por la mujer en la creación del tejido social y económico del Nuevo Mundo; y el legado que ha llegado hasta nuestros días.

 

 

El respaldo de Isabel la Católica al viaje de Colón fue clave en el Descubrimiento. Su insistencia desvaneció las dudas de su esposo Fernando sobre un proyecto considerado en la Corte costoso y estéril. Las naos y galeones transportaban, además de la carga y pertenencias personales, a oficiales, tripulación y una treintena de pasajeros que convivían con pulgas, chinches, piojos, cucarachas y ratas. Los camarotes no existían y los pasajeros se acomodaban en cualquier rincón para pasar la noche, en un espacio que en la mayoría de las ocasiones no superaba el metro cuadrado por persona.

La llegada al Nuevo Continente supuso un fuerte impacto para los españoles. Se encontraron con distintos grupos humanos y con una climatología, flora y fauna muy diferente a la que dejaron en el continente europeo. Las crónicas, cartas y relatos de los conquistadores reflejan la imagen mental de la mujer que esperaban encontrar en las Indias, fusión de personajes míticos del Viejo Mundo, como las sirenas y las amazonas. Los españoles desembarcaron en una tierra de oportunidades, y para muchos de ellos su destino quedaría unido a un nombre de mujer. 

La mujer española del siglo XVI vivía supeditada a la tutela del varón y desprovista de toda relevancia intelectual. Su lugar era el hogar, donde ejercía de buena esposa y madre cristiana. Pero las españolas que emigraron a América escaparon a este rol femenino sobreponiéndose a un destino marcado. Arrancaron sus raíces para replantarlas en un mundo desconocido. ¿Quiénes y cuántas mujeres eran? ¿De dónde eran y adónde llegaron? La emigración clandestina, relativamente fácil y frecuente, tuvo especial incidencia entre las mujeres y sus datos son difíciles de indagar. De los 45.327 emigrantes de procedencia conocida 10.118 son mujeres. El 50% de ellas eran andaluzas, el 33% castellanas y el 16% extremeñas.

Para los indígenas la conquista trajo la invasión, la guerra y la obligación de tributar con sus productos y trabajo a los encomenderos. Esta dominación destruyó su organización familiar y modificó sus condiciones de vida. El frecuente amancebamiento y matrimonio de los españoles con indias dio lugar a una sociedad fuertemente jerarquizada, formada por hombres libres de todos los colores. El mestizaje no fue sólo étnico, sino también artístico, religioso, cultural, culinario y lingüístico.

La sociedad novohispana era un mosaico social, racial y cultural. Los criollos, a pesar de tener privilegios ante los indios y mestizos y ser los dueños y herederos legítimos de la Nueva España, estaban en desventaja frente a los españoles de la metrópoli. Las mujeres criollas desempeñaron un papel decisivo en la formación de la sociedad colonial. Su misión fue la conservación de las tradiciones y la consolidación del modelo de vida familiar que dio origen a la sociedad hispano-criolla.

El flujo humano y cultural entre España y América, iniciado en el siglo XVI, continúa en la actualidad. Las mujeres americanas mantienen hoy gran parte de la cultura heredada, y llegan a España para integrarse en la sociedad europea. A continuación, vamos a ofrecerles algunos datos que serán de su interés:

 

Mencía Calderón, al frente de 50 mujeres, atravesó 1.600 kilómetros de selva en una expedición que duró más de seis años.

Isabel Barreto, primera y única almirante de la Armada, lideró en 1595 una expedición por el Pacífico en la navegación más larga por ese océano hasta entonces.

María Escobar introdujo el trigo en América.

María de Toledo fue virreina de las Indias Occidentales.

María de Estrada participó en la expedición llevada a cabo por Hernán Cortés en México y sobrevivió a la Noche Triste.

Inés Suárez acompañó a Pedro de Valdivia en la conquista de Chile, cruzó el desierto de Atacama y participó en la defensa de Santiago.

Catalina de Erauso abandonó el convento en España para viajar al Nuevo Mundo y combatir como soldado de infantería en los reinos de Perú y Chile.

Beatriz de la Cueva fue gobernadora de Guatemala y se convirtió en la primera gobernadora de los virreinatos.

Beatriz Bermúdez de Velasco participó en el combates para conquistar Tenochtitlán, obligando, espada en mano, a volver a la batalla a los españoles que se rendían.

Mencía Ortiz creó una compañía para el transporte de mercancías a Indias. 

 

 

Integrado en la red de Museos Nacionales desde el año 2009, el Museo Naval posee una de las colecciones navales más ricas del mundo. Sus 10.500 fondos muestran la evolución de la Marina desde la época de los Reyes Católicos hasta la actualidad, un legado cultural que recuerda el protagonismo que han tenido el mar y la navegación en la historia de España y su condición de primera potencia naval durante los siglos XVI y XVII. Al valor de su colección, el Museo Naval añade el poder evocador de sus salas, contagiadas del espíritu romántico de los museos del siglo XIX.

La apertura al público de sus colecciones en 1843 lo convierten en uno de los museos más antiguos de Europa, con casi 170 años de vida. Vinculado a Madrid desde sus inicios, en 1932 se trasladó al edificio que ahora ocupa y es actualmente uno de los referentes del Paseo del Arte madrileño.

El Museo Naval recibe anualmente más de 100.000 visitantes, entre ellos 20.000 niños. En el año 2011 atendió a 300 centros escolares, culturales y de la tercera edad y promovió actividades formativas dirigidas a alumnos de educación primaria y especial con talleres infantiles y cuentacuentos.

 

Hasta el 30 de septiembre de 2012 en el Museo Naval (Paseo del Prado, nº 5, Madrid)
Horario: martes a domingo, de 10:00 a 19:00 horas; los lunes, cerrado.

 

Volver         Principal

www.lahornacina.com