PUNTO MUERTO

09/11/2011


 

 

Gregor Schneider es un artista conceptual alemán además de un destacado escultor. El punto de partida de su trabajo es Haus u r (Casa u r), una antigua casa de vecindad que se encuentra en Rheydt, la parte sur de la ciudad alemana de Mönchengladbach. Gregor Schneider nació allí en el año 1969 y actualmente sigue viviendo y trabajando en ella. En el año 1985 comenzó a llenar el edificio con una serie de estancias que le infunden un carácter misterioso. Al duplicar paredes y ventanas y añadir nuevos espacios, anula la función de las habitaciones y crea nuevos lugares con su mobiliario: la sala de estar, el dormitorio, el trastero, la cocina, el pasillo, el cuarto de invitados o el sótano. El uso de moldes y réplicas remite a la idea de la muerte. Las estancias de Gregor Schneider son copiadas, por así decirlo, del mundo real a la realidad ficticia del arte. En el año 1997 Gregor Schneider empezó a trasladar estos espacios para ser expuestos en otros lugares, museos o exposiciones, como la del pabellón alemán de la Bienal de Venecia del año 2001, donde obtuvo el León de Oro. Desde entonces, Schneider ha desarrollado nuevas ideas espaciales que ha llevado a cabo en diversos lugares del mundo.

En Punto Muerto (Dead End), el proyecto de Gregor Schneider para el CA2M, el artista se instala en tierra de nadie, en el espacio donde confluyen los vestigios de la casa tradicional de Móstoles sobre la que se construyó el museo y el edificio actual. El visitante se ve arrastrado prácticamente a un gigantesco laberinto de tuberías a lo largo de todo el Centro, sin haber siquiera puesto pie en él. La idea de las habitaciones se traslada a pasillos y corredores, conduciendo al visitante a insólitos espacios, a estancias de la Casa u r y a estancias de otros proyectos. Como ocurre siempre en los trabajos de Gregor Schneider, parece como si el conjunto hubiera estado allí desde el principio. Así mismo, en la exposición se presentan videos y fotografías de la Totes Haus u r y otros proyectos del artista.

En la Totes Haus u r (la casa muerta) los espacios aparentaban una cierta normalidad, pero eran en realidad enigmáticas máquinas espaciales. Los espacios irradiaban una sensación de abandono o bien se convertían en el escenario de una historia ficticia pero posible, al menos potencialmente. El cuarto de estar contaba por ejemplo con un mecanismo para hacerlo girar y el artista explicaba a sus visitantes que tuvieran cuidado al salir de la habitación para no caer en el vacío. En el sótano de la casa se encontraba Puff (el burdel), un espacio con una bola de discoteca de color rojo brillante. Mucho más sórdido resultaba Letztes Loch (el último rincón), una especie de agujero en la tierra lleno de charcos en el suelo. Lo característico de la casa u r era que ningún espacio estaba acabado, se le podían añadir piezas o eliminarlas. Fue a partir del año 1997 cuando las estancias de la casa u r adquirieron un carácter definitivo al ser expuestas en diferentes instituciones culturales y venderse. De esos espacios se crearon réplicas. Gregor Schneider construyó nuevas versiones, que le llevaron a trabajar guiado por el principio de la duplicación. Los espacios de Schneider mantienen su autenticidad, pero son, de hecho, espacios artísticos en forma de simulacro. El objetivo no consiste en transmitir el aspecto ready-made del espacio, sino la compactación de las respectivas auras espaciales. El artista juega con nuestras expectativas al alterar la disposición y los elementos de cada uno de los espacios.

Otros proyectos de Gregor Schneider desarrollan nuevas ideas espaciales exteriores, tales como el tramo de calle que expuso en la Kunsthalle de Hamburgo (2003), las dos mitades de las casas adosadas de la Familia Schneider para Artangel en Londres (2004), el Cubo que imitaba la Kaaba, proyectado para la Plaza de San Marcos de Venecia, donde fue prohibido, y que en 2007 fue expuesto en la Kunsthalle de Hamburgo, o la serie Weisse Folter (Tortura blanca) en el K21 del Kunstsammlung Nordrhein Westfalen de Düsseldorf (2007). De este mismo año datan las 21 celdas idénticas de Bondi Beach, en la costa oriental de Australia. En 2008 presentó su proyecto END en el Museo de Mönchengladbach. En 2011, Gregor Schneider ha construido una versión india de la Casa u r para el festival Durha-Puja de Calcuta en el que ha integrado en su obra por primera vez la calle que hay delante de su casa.

 

 

Otro caso se plantea en Dead End, el nuevo proyecto que el artista ha realizado para el CA2M. No es una creación sosegada. Es un corredor y un túnel del que se espera que tenga salida, pero que no la tiene. Gregor Schneider ha colocado este proyecto en el centro neurálgico del CA2M: en el lugar donde confluyen el edificio del museo terminado en el año 2007 y las paredes de una antigua construcción de Móstoles, que posiblemente no fuera muy diferente a las que existían el día del alzamiento popular del dos de mayo del año 1808, y que se han integrado en la nueva parte del centro, lugar donde se encuentra el salón de actos. En ese punto muerto entre dos edificios incompatibles se instala Gregor Schneider, siguiendo su lema "Its all rheydt" y tomando como referencia su Casa u r así como otros proyectos posteriores, que en gran parte han surgido en Rheydt y se han realizado allí en su taller. Por ello, han quedado anuladas las entradas habituales a las salas de exposición en la primera planta del Centro de Arte. A cuatro espacios, que son propiedad de Schneider, sólo se puede llegar a través de unos tubos y unas escaleras de incendio. Con la perspectiva de avanzar hasta el punto de destino, el paso a través de los tubos resulta totalmente diferente a la estática de los espacios.

Tal como se presenta Dead End en Madrid parece un sistema intestinal sin salida, un sistema que sigue su propia lógica y sus propias leyes, al margen de la arquitectura museística habitual. Lo decisivo es su carácter dinámico que surge de la necesidad de seguir avanzando. Existen en la literatura numerosos ejemplos de sistemas de túneles y cuevas interminables que transmiten sensación de horror: la historia de la mina en la obra de Julio Verne Viaje al Centro de la Tierra o el relato La Colina de H.P. Lovecraft. El cine también ha expresado esta tensión en filmes como Alien, el Octavo Pasajero (Ridley Scott, 1979) y The Descent (Neil Marshall, 2005). Mientras que la película es mera ficción, el arte participa a través del espacio real en nuestra realidad.

Estamos en un tubo, cuya verdadera función ha quedado anulada, atrapados por así decirlo en la abstracción de su forma. De hecho, la forma que Gregor Schneider imprime a sus espacios y pasillos apenas se debe a la influencia de la literatura o el cine. Como hemos visto, su sistema surgió a través de una unión con los elementos reales del espacio, a los que él sabe transmitir su intención mediante formas escultóricas, aunque se trate prácticamente de ready-mades espaciales.

Con motivo de Punto Muerto se ha publicado un catálogo de la exposición. El catalogo es bilingüe (español-inglés) y cuenta con textos de Veit Loers (comisario de la muestra), Ulrich Loock, David Moriente y Ory Dessau, así como extensa documentación gráfica de la instalación. Se trata de la primera publicación en español de este artista. Respecto a las actividades paralelas, existe un taller de creación con Schneider, una visita-taller para Secundaria y Bachillerato y una visita-coloquio para profesores.

 

Hasta el 26 de febrero de 2012 en el Centro de Arte Dos de Mayo (CA2M) de Móstoles (Madrid)
(Avenida de la Constitución, nº 23) Horario: martes a domingo, de 11:00 a 21:00 horas.

 

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