ALEKSANDR DEINEKA (1899-1969) UNA VANGUARDIA PARA EL PROLETARIADO

10/10/2011


 

 
 

Las Trabajadoras Textiles

1927
Galería Estatal Tretyakov de Moscú

 

Presentar por primera vez en España al artista ruso Aleksandr Deineka (1899-1969) y, a través de él, toda su época, en el doble contexto al que perteneció, el final de la Vanguardia y el advenimiento del realismo socialista, es el propósito de esta exposición, la más amplia dedicada a Deineka fuera de Rusia. La integran más de 80 óleos, algunos de gran formato, completados por fotografías, audiovisuales, obra sobre papel, libros infantiles, carteles y revistas, hasta un total de 250 piezas, entre obras y documentos.

En 1985, con el régimen soviético aún vigente, la Fundación Juan March organizó, bajo el título Vanguardia rusa, 1910-1930. Museo y Colección Ludwig, la primera exposición sobre la vanguardia rusa celebrada en España, además de ofrecer en años posteriores diversas muestras dedicadas a destacadas figuras de esa vanguardia (Malévich, Ródchenko, Popova). En 2008, la titulada La Ilustración Total. Arte Conceptual de Moscú, 1960–1990, reunía a una serie de artistas soviéticos cuya obra, a medias entre el conceptualismo y un peculiar Pop soviético, tenía como objeto de reflexión y práctica la cultura de la época de Stalin, la de los años transcurridos entre su llegada al poder, tras la muerte de Lenin en 1924, hasta su muerte en 1953.

Faltaba dedicar una exposición al tiempo histórico transcurrido entre el gran experimento de la vanguardia rusa, que precedió a la época de Stalin, y el arte soviético decididamente postmoderno, que advino tras su muerte: el arte de la época del dictador, que resulta bastante desconocido, ha sido objeto de escasas exposiciones tanto en la antigua Unión Soviética como en Europa o América, y con frecuencia ha sido clasificado como un arte derivativo y propagandístico, al servicio de la ideología y la educación de las masas.

Para reflejar el arte de este período resulta difícil encontrar un ejemplo mejor que el que proporcionan tanto la fuerza pictórica de Deineka como la fascinante ambigüedad de su arte y de su figura: formado en los establecimientos de inspiración vanguardista, fue miembro de las últimas agrupaciones de la vanguardia constructivista y también agitador comprometido con la revolución y la construcción socialista del país.

Completa la presente exposición de la Fundación Juan March una cuidada y amplia selección de obras de artistas de la vanguardia rusa -atendiendo en especial a su desarrollo revolucionario-, de revistas, carteles, libros, documentos y objetos, que reflejan la peculiar (y desconocida) lógica de las relaciones entre la vanguardia y el realismo socialista, que vino a constituir una suerte de vanguardia artístico-política para el proletariado.

 

 
 

La Defensa de Petrogrado

1928
Museo Estatal de las Fuerzas Armadas de Moscú

 

La exposición Aleksandr Deineka (1899–1969) Una Vanguardia para el Proletariado exhibe la obra del artista desde sus inicios en los años 20 hasta sus crepusculares obras de los 50, combinando muestras de su trabajo como grafista, sus extraordinarios carteles y su colaboración en revistas con sus impresionantes obras de formato monumental: escenas de masas entusiastas y de fábricas, de deportistas y agricultores, de la idílica y ensoñada vida soviética, que se revelan, además de como extraordinarias aventuras pictóricas de gran belleza formal, como formidables metáforas de la utopía soviética de la total transformación revolucionaria de la realidad social.

El estalinismo, tradicionalmente asociado a los años más oscuros del régimen soviético -lo que sin duda alguna fue-, constituye entretanto un periodo histórico relativamente bien conocido en sus aspectos sociales, políticos, económicos e incluso culturales. Ha sido objeto de revisión histórica (y política) prácticamente desde la posterior llegada al poder de Kruschev. Y por supuesto que, además de con los planes quinquenales para revolucionar la agricultura e industrializar el país, la victoria de la URSS en la segunda guerra mundial, la creciente represión ejercida bajo su mando y, en suma, la radicalidad de su pretensión totalitaria, la época de Stalin suele asociarse, en las artes, al llamado "realismo socialista", el método vigente para todos los artistas soviéticos desde 1932.

Y sin embargo, el amplio despliegue historiográfico general sobre la época de Stalin y el estalinismo contrasta con el relativo desconocimiento del arte de ese periodo y, más allá, de la relación del realismo socialista con los movimientos de vanguardia que le precedieron o con los otros realismos que, en otros países, se desarrollaron en paralelo a él durante los años 30. El más bien desconocido arte de la época de Stalin, objeto de escasas exposiciones tanto en la antigua Unión soviética como en Europa o América, resulta con frecuencia clasificado (o expulsado del canon) como un mero ejercicio, poco logrado, de Kitsch academicista y monumental, como un arte derivativo y propagandístico, al servicio de la ideología y la educación de las masas.

Deineka fue miembro de las últimas agrupaciones de la vanguardia constructivista (Oktyabr y OST) y también agitador comprometido con el fenómeno socialista del país, lo que no evitó que fuera acusado de formalismo, al mismo tiempo que obtuvo permisos para viajar al extranjero y recibió grandes encargos del estado soviético, de cuyas utópicas pretensiones consiguió algunas de las figuraciones y representaciones más logradas.

Esa cierta "ambigüedad" ha sido aprovechada para presentar en Aleksandr Deineka (1899–1969) Una Vanguardia para el Proletariado los vínculos entre la vanguardia y el realismo socialista, que se entendía a sí mismo como una suerte de vanguardia artístico-política para el proletariado, más radicalmente sincronizada con la construcción política de la utopía soviética que la propia vanguardia artística: por eso, la exposición traza un arco que parte de la primera ópera futurista -La Victoria sobre el Sol, de Kruchionij y Malévich (1913)- y concluye con la muerte de Stalin en el año 1953, atendiendo a las más diversas manifestaciones de un arte que permeó todas las esferas de la vida y acompañó los intentos de transformar radicalmente la realidad por parte de un poder político que se concebía a sí mismo en demiúrgicos términos artísticos. Por eso, además de la amplia representación de la obra de Aleksandr Deineka, la muestra incluye obras -algunas de ellas excepcionalmente significativas- de figuras de la vanguardia como Kazimir Malevich, Aleksei Kruchionij, Vladimir Tatlin o El Lissitzky; de Liubov Popova, Aleksandr Rodchenko, Aleksandra Exter, Gustav Kluzis, Valentina Kulagina, Vladimir Mayakovski, Nathan Altman, Mechislav Dobrokovski, Solomon Telingater o Aleksei Gan; o de otros realistas como Kuzma Petrov–Vodkin, Yuri Pimenov, Dimitri Moor o Aleksandr Samojvalov, entre otros.

 

Hasta el 15 de enero de 2012 en la Fundación Juan March (Calle Castelló, nº 77, Madrid)
Horario: de lunes a sábado, de 11:00 a 20:00 horas; domingos y festivos, de 10:00 a 14:00 horas.

 

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