RESTAURACIÓN DE MANUEL LUQUE POSADA PARA MARCHENA

21/05/2009


 

 

Se trata de una obra pictórica de carácter popular, probablemente realizada en el siglo XIX, que representa la venerada imagen de Nuestro Padre Jesús Nazareno de Marchena (Sevilla). Sobre la fecha y autoría de la pintura no se ha encontrado nada, unicamente tenemos una firma en la zona inferior derecha que dice: Delgado.

Un dato importante es la representación de la imagen del Cristo, ya que luce una prenda determinada y se encuentra ubicado en unas concretas andas procesionales. La túnica que luce el Nazareno es una obra de Manuel Ariza (1855), concretamente se rubricó la vestidura el 6 de junio durante la celebración de un cabildo de su cofradía y fue costeada tanto por la corporación como por otros integrantes de dicha hermandad, llegando a costar más de 1000 ducados. Posteriormente, fue enriquecida por Elisa Rivera entre los años 1870-1880 y en 1897 fue pasada a un nuevo terciopelo de color púrpura por las Hermanas Antúnez, que es tal y como la contemplamos en la obra. Por lo tanto, la pintura debe ser posterior al año 1897. También tenemos que tener en cuenta que las andas en las que aparece ya no se conservan. Actualmente, el Nazareno procesiona sobre unas realizadas en 1943 por Juan Pérez Calvo, por lo que podemos estimar que esta obra pictórica se realizó entre los años 1897 y 1943.

 

 

La intervención de la obra ha tenido como objetivos la eliminación de los daños y los tratamientos de restauración que exige para su presentación estética, de acuerdo con los valores culturales y devocionales propios de la misma. Se ha cambiado el bastidor por uno de nuevo diseño, debido a que el original se encontraba en muy mal estado de conservación, y se ha reforzado el soporte con unos injertos de tela y parches para finalmente realizar un reentelado para reforzar aún más la tela original. A continuación, se fijaron los levantamientos de los estratos polícromos mediante la aplicación de adhesivos compatibles con los materiales y técnicas constitutivas de la obra.

Se realizó una limpieza química de los barnices y se eliminaron los repintes. Durante la limpieza se pudo ver como, debajo de un repinte de óleo oscuro, se encontraba la pintura original. Su estado se desconocía, pero aun así se decidió recuperar los tonos cerúleos del fondo de la obra. Su estado actual es de un 60% de policromía, ya que el resto se ha perdido por desgaste. Seguidamente se estucó algunas lagunas con materiales afines a los originales y se reintegraron cromáticamente las lagunas estucadas con técnica reversible mediante criterio de diferenciación.

 

 
 

 

El principal problema encontrado por el restaurador Manuel Francisco Luque Posada fue resolver la reintegración cromática sobre una obra pictórica que no tenía preparación. Ante ello, se aplicaron estucos sólo en las zonas injertadas para conseguir una correcta incidencia de la luz en relación con las zonas originales. Posteriormente, las mismas se reintegraron con color, primero con acuarela y luego con pigmentos al barniz.

A continuación, dichas zonas fueron impermeabilizadas y se protegieron las lagunas de tela original mediante la aplicación de capas de barniz, que servían como capa preparatoria para la reintegración. Por último, se reintegraron cromáticamente con pigmentos al barniz mediante la técnica del rigatino.

 

 
 

 

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