La última obra de la escultora e imaginera hispalense es una talla de la Virgen del Carmen para una colección particular de la provincia canaria de Santa Cruz de Tenerife. Desde ayer y hasta el próximo 10 de diciembre se puede ver en la iglesia conventual del Santo Ángel (Calle Rioja 23, Sevilla) antes de partir a su destino.

Las figuras de María y Jesús han sido labradas en madera de cedro policromada al óleo, con pestañas de pelo natural en sus mascarillas. La Virgen es una imagen de candelero para vestir, mientras que el Niño se halla anatomizado en su totalidad. El diseñador y bordador cordobés Antonio Villar se ha encargado de ataviar la imagen y confeccionar sus ropajes, destacando la saya y el escapulario ricamente bordados en oro.

Iconográficamente, la obra responde al tipo de la Madre del Carmelo intercesora del orbe cristiano, de tipo napolitano aunque con ciertos recuerdos del bajo renacimiento sevillano en su hechura, presentando con ambas manos al pequeño Salvador que acude en auxilio de las ánimas benditas que padecen en el purgatorio.