NUEVA OBRA DE LOURDES HERNÁNDEZ PEÑA

12/12/2015


 

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Otro de los últimos trabajos de la escultora sevillana, muy peculiar por su simbolismo y el material empleado en estas lides, es una efigie del Buen Pastor que reinterpreta las tallas en marfil indo-portuguesas del siglo XVII. La obra ha sido encargada por un coleccionista particular canadiense, de origen italiano.

Jesús, representado niño, aparece sentado sobre una roca, que a su vez se apoya sobre una montaña en la que se representa un paisaje con la Fuente de la Vida, a la que se arriman unos corderos para beber en ella, motivos todos ellos muy propios del Seiscientos. En casi todos sus detalles, el tema deriva de una iconografía búdica que se puede relacionar con Siddartha meditando al pie del árbol Bodhi o higuera de la sabiduría.

Estas tallas de marfil tenían una doble función: en primer lugar, servían de objetos preciosos y decorativos tanto en Portugal como en España, dada la escasez y exotismo que el marfil poseía en el continente europeo; por otro lado, también tuvieron un fin didáctico y evangelizador, ya que el mensaje cristiano se transmitía entre los pueblos colonizados de Oriente utilizando sus técnicas y motivos ornamentales.

En la obra, dispuesta sobre base de madera oscura, aparece también -entre otros personajes, como plantas y animales propios del territorio asiático- la imagen de Santa María Magdalena en su ficticio papel de penitente y ermitaña, durmiendo desnuda en una cueva labrada en la base del monte.

Esta figura en marfil homologado ha sido supervisada por el Ministerio de Medio Ambiente y cuenta con todos los permisos aprobados para su ejecución, ya que la autora, siempre en contra de todo tipo de tráfico, cacerías y maltrato de animales, no hubiera trabajado con este tipo de material sin conocer su legal procedencia.

 

Nota de La Hornacina: acceso a la galería fotográfica a través del icono que encabeza la noticia.

 

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