Figuras del ejército de la Antigua Roma que conforman el nuevo misterio procesional de Nuestro Padre Jesús de la Crucifixión, una talla de Pedro Muñoz de Toro y Borrego (1793-1873), titular de la Piadosa, Humilde y Fervorosa Hermandad y Cofradía del Santísimo Cristo del Amor, Nuestro Padre Jesús de la Crucifixión y María Santísima de la Paz , con sede en la Parroquia Mayor de San Mateo del municipio cordobés de Lucena.

El nuevo grupo -concebido bajo el prisma del realismo historicista, con gestos hoscos y amenazantes en el caso de las representaciones humanas- reemplaza al anterior del siglo XIX labrado por el imaginero local Muñoz de Toro, el mismo autor de la hechura cristífera.

Estas creaciones de López del Espino, otro artista de origen lucentino, suponen "una visión actual dentro de la imaginera clásica", según comenta el propio escultor a raíz de su presentación.

Hablamos de tres obras en madera tallada y policromada que preparan la Crucifixión en el monte Calvario: por un lado, dos soldados -uno de ellos desviste a Jesús, mientras el otro, arrodillado, prepara el madero, haciendo fuerza con su brazo derecho para atravesar el leño con la ayuda de una barrena-, y por otro, un centurión a caballo, ya preparado con la lanza que atravesará el cuerpo del condenado para certificar su muerte.