RESTAURACIÓN DE FRANCISCO JAVIER LÓPEZ PARA CÓRDOBA

07/09/2009


 

 

 

La intervención ha sido realizada en la talla de la Virgen de Araceli, réplica de la famosa imagen mariana venerada en Lucena (Córdoba) y titular de su hermandad filial en la capital cordobesa. Tanto la Virgen como el Niño que sostiene en sus brazos son obras de autor anónimo, fechables en los años cuarenta del siglo XX.

 

 

 

La parte más importante de la restauración de la Virgen ha consistido en la reparación de la estructura del cuerpo superior, así como la eliminación de los clavos, grapas, y demás elementos metálicos. Posteriormente, se procedió a reabrir las grietas que ya tenía con el fin de llevar a cabo el restañado de las mismas desde el interior hasta la superficie, aplicando finalmente vendas y yeso para después lijar y volver a pintar en un color uniforme.

 

 

 

También se han restaurado distintas imperfecciones que la imagen tenía en el rostro, fruto del paso del tiempo, tales como diminutas grietas que se habían abierto, así como pequeñas rozaduras ocasionadas por la colocación del rostrillo que la Virgen lleva puesto. También se le han colocado pestañas nuevas en los párpados superiores y un sistema de brazos articulados nuevo por estar los anteriores demasiado deteriorados.

 

 

 

En ciertas zonas de la figura mariana, caso de las uñas de las manos o algunas partes del bello semblante, el joven artista cordobés Francisco Javier López del Espino ha procedido a eliminar diversos repintes en la policromía.

 

 

 

Por otro lado, la restauración del Niño Jesús que lleva en sus brazos ha consistido en retirar distintos tornillos que la pequeña imagen llevaba incrustados para la sujeción de los ensambles de los brazos al cuerpo, eliminar una bola del mundo que llevaba en su mano izquierda, eliminar repintes, reparar rozaduras de alfileres, etcétera.

 

 

 

Por último, se ha dotado a ambas imágenes de un nuevo sistema de sujeción del Niño, obra de talla completa, a la escultura de candelero de la Virgen, por ser el que tenía demasiado rudimentario. Finalmente, se ha dotado a la imagen mariana de una especie de enaguas, con el fin de tapar la devanadera.

 

 
     
     

 

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