Se trata de una imagen sacra de tamaño natural, labrada en madera de cedro policromada para vestir, que representa a Jesús con la cruz a cuestas. Ha recibido la advocación de Nuestro Padre Jesús de la Pasión y su destino es una colección particular de la localidad sevillana de Los Palacios y Villafranca.

La efigie posee pestañas postizas y gotas de cristal rojo repartidas por el rostro para acentuar el realismo. Como sucede en otras de sus tallas cristíferas de la Pasión, caso del Nazareno del Amor de la corporación hispalense de las Veredas, Lobo Lozano talla un Varón de gran dramatismo y robustos volúmenes anatómicos, motivado por la extenuación física del tormento y la fortaleza física que demuestra ante el mismo, respectivamente. Lo anterior suele contrastar con sus Dolorosas, en las que se advierten delicados rasgos faciales y una notable entereza ante la agonía padecida por Cristo.

La composición de la obra que nos ocupa remite a las más puras fórmulas neobarrocas de la imaginería sevillana del siglo XX, heredadas de los maestros clásicos del XVII y ejemplarmente representadas en la figura de Francisco Buiza, del que nuestro escultor toma la impronta noble, los encrespados rizos del cabello y la barba, y la recreación del ensangrentado rostro, muy viril a la vez que bello.

Pulsando en el icono, podrán ver más fotografías de un Nazareno que será presentado y bendecido mañana en la Parroquia de Santa Ana, del barrio sevillano de Triana, a las 19:30 horas. Durante unos días quedará expuesto en el mencionado templo para que pueda ser contemplado por el público de la ciudad.