ARTESANOS DEL BARROCO

16/10/2019


 

 

Uno de los capítulos más álgidos del periodo barroco en Cataluña aconteció en la Cervera de los primeros decenios del siglo XVIII. La importancia de la instauración de la Universidad en la localidad, plasmada en la construcción de uno de los monumentos más relevantes de la arquitectura civil del periodo, fue acompañada de un ascenso de la sociedad cerverina que se expresó a través de los encargos artísticos y arquitectónicos. Este baño de modernidad institucional siguió guareciendo una tradición de artesanos, ya presentes desde la baja edad mediana, que satisfacían las necesidades materiales de culto y devoción de los cerverinos.

La muestra Artesanos del Barroco. Cervera y el arte de su tiempo es un escaparate del paisaje artístico surgido de aquel complejo mundo artesanal y busca sumergir el visitante en una época demasiada a menudo incomprendida. Todo ello ha estado por Joan Yeguas y Francesc Miralpeix, conservador del Museu Nacional d'Art de Catalunya (MNAC) y profesor de la Universitat de Girona (UDG), respectivamente. Ambos son expertos en las manifestaciones artísticas del periodo y autores de numerosos estudios sobre el tema.

La antesala de la exposición es el escenario del taller de un artesano barroco del siglo XVIII. La reproducción pretende evocar la realidad gremial que dominaba la creación artística del momento. La visión romántica del artista como un genio, librado de su estatus de artesano, enfrentado al poder creador de la naturaleza, rebelde y reaccionario contra los convencionalismos y la tradición, ha prevalecido por encima de una condición menestral que fue mayoritariamente vigente hasta finales del XVIII. El cambio de rol hacia la condición de artista empezó en paralelo a la corriente de renovación cultural del humanismo, en la Italia de los siglos XIV y XV, y se fue extendiendo de manera desigual en toda Europa a lo largo de las tres centurias siguientes.

Contrariamente a la imagen que tenemos, la producción artística de Cataluña en los siglos XVII y XVIII fue muy destacada y abundante. Cervera no fue una excepción: los interiores de las casas nobles, las iglesias y los conventos, los edificios civiles, las plazas y las calles y, claro está, la Universidad fundada por el rey Felipe V como agradecimiento a la ciudad por ser fiel a su causa durante la Guerra de Sucesión, acogieron la expresión artística de aquella sociedad del Antiguo Régimen.

Las grandes pérdidas patrimoniales ocurridas durante la Invasión Francesa y a raíz de la Desamortización de Mendizábal, que dejó abandonado un patrimonio arquitectónico de incalculable valor, culminaron en los primeros meses de la Guerra Civil española. En pocos días, el patrimonio mayoritariamente renacentista y barroco que amueblaba los interiores religiosos y domésticos de Cervera y de todo el país quedó reducido a nada, a cenizas y recuerdos de un pasado de púrpura y oro. De hecho, los restos de aquel naufragio patrimonial son los que se muestran encapsuladas en la exposición Artesanos del Barroco.

 

 

La muestra, que puede visitarse hasta el 12 de abril del próximo año 2020, sitúa a Cervera (Lleida) como uno de los epicentros de la Cataluña Barroca a la altura de Solsona, Manresa o Mataró, y pretende ser un primer paso en la consolidación de Cervera y del museo de la ciudad como marca y exponente relevante de un proyecto de valorización y difusión de la Cataluña Barroca. El horario es el siguiente: viernes, de 17:00 a 20:00 horas; sábado, de 11:00 a 14:00 y de 17:00 a 20:00 horas; domingos y festivos, de 11:00 a 14:00 horas.

La exposición se ubica en la antigua Biblioteca de la Universidad de Cervera (Plaça de la Universitat) y su antesala y se distribuye en dos ámbitos diferenciados: el mencionado taller artesanal del siglo XVIII, que evoca un mundo austero y alejado del lujo, y la exposición propiamente dicha, que nos traslada al universo creativo del barroco, desde los retratos reales hasta las esculturas de los grandes retablos, pasando por los modelos y las obras de destacados pintores como Antoni Viladomat y Bernat Amorós. Este último, recientemente redescubierto por la historiografía, fue quien actuó de correa de transmisión entre las formas y los modelos de la pintura catalanas del finales del siglo XVII y los nuevos aires del XVIII. 

En total se muestran unas 40 obras procedentes de colecciones particulares, otros museos (MNAC, Museo de Manresa, Museo Diocesano de Barcelona, Real Academia Catalana de Bellas Artes de San Jorge o la Universidad de Barcelona, entre otras instituciones), y obispados y parroquias (Solsona y Urgell), además de las obras del propio Museu Comarcal de Cervera, que para la ocasión ha restaurado una veintena de obras, tarea que ha llevado a cabo Ramon Pijuan, y ha adquirido dos piezas originales (una "Anunciación" de Bernat Amorós y un grabado de Antoni Viladomat). Todo ello con el objetivo de mejorar la conservación y, al mismo tiempo, reivindicar la importancia de unas colecciones ricas pero todavía poco conocidas.

Retratos, maquetas, pinturas, esculturas, platería, dibujos, planos... cuidadosamente seleccionados para la ocasión, modelan visualmente el discurso de aquel rico pasado de la ciudad en un marco, el de la antigua biblioteca de la Universidad de Cervera, incomparable.

La exposición Artesanos del Barroco ha sido posible gracias al apoyo de la Dirección General de Patrimonio de la Generalitat de Catalunya y ha contado con numerosos colaboradores, entre los que destacan el Centro Asociado de la UNED (que ha cedido el espacio de la Biblioteca para la muestra), la INS Antoni Torroja (cesión de la antesala), la escuela de Bellas artes (cesión del material para la construcción del taller de artesano) y la empresa LEDS-C4, que ha patrocinado la iluminación museográfica necesaria. 

 

 

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