RESTAURACIÓN DE TALLERES DE ARTE GRANDA PARA LEÓN

04/07/2018


 

 

El pasado 11 de junio de 2018 se presentó la restauración del conjunto de pinturas murales de la Cámara de Doña Sancha, perteneciente a la Real Colegiata de San Isidoro (León), la cual ha sido promovida por la Consejería de Cultura y Turismo de la Junta de Castilla y León y cofinanciada por el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER). Dicha restauración está inscrita dentro de las intervenciones previstas en el proyecto cultural de restauración de la Colegiata. Este proyecto cultural se inició entre 2005 y 2009 con el compromiso de la Junta de Castilla y León de acometer los trabajos de restauración necesarios para la correcta conservación de los bienes patrimoniales del conjunto monumental.

La Cámara de Doña Sancha es uno de los espacios que mayor interés despierta, tanto en lo arquitectónico como en lo simbólico, de todo el complejo isidoriano. Ubicada sobre el Panteón Real, en origen fue tribuna de reyes e infantas, pasando a ser oratorio, celda y escriptorio de monjes a lo largo de la Edad Media, para, en el Renacimiento, disfrutar de otro momento de esplendor convirtiéndose en Sala Capitular y servir de ingreso a la monumental Biblioteca de Juan de Badajoz.

En los años 60 del pasado siglo XX, se intervino en esta sala bajo un criterio marcado por la recuperación de los espacios medievales del conjunto isidoriano. Motivo por el cual, la mayor parte de la superficie pictórica que decoraba perimetralmente los muros de esta sala fuese arrancada mediante la técnica del "strappo" (con la que se desprende del muro exclusivamente la capa pictórica adherida por el anverso) y se modificase la ubicación de la portada monumental que unía esta sala con la biblioteca.

Estas pinturas han permanecido custodiadas en dependencias de la Colegiata hasta programar la intervención actual que ha pretendido devolver el esplendor de esta cámara como sala capitular en el siglo XVI, recuperando y restaurando los bienes patrimoniales que fueron segregados en su momento.

 

 

La iconografía recuperada de esta cámara desarrolla un amplio ciclo narrativo dedicado a San Isidoro, recreado mediante una secuencia de escenas que se disponen con un ritmo marcado por elementos arquitectónicos que separan y enmarcan los episodios; además, la advocación de esta sala a la Santa Cruz está representada en las escenas del muro oriental y, en el muro occidental, en la parte más alta, ocupando la pared desde la línea de imposta hasta la bóveda, una amplia escena que muestra la conversión de San Agustín.

Bajo las pinturas descritas, en el muro oriental, se han sacado a la luz unas grisallas (imagen superior) que se extienden por todo este paramento con una rica composición a base de grutescos de una primera fase de decoración mural del siglo XVI, inmediatamente anteriores a las pinturas que nos ocupan.

La intervención ha sido ejecutada por el equipo de restauradores de Talleres de Arte Granda. La labor realizada engloba tres trabajos: la recuperación "in situ" de los murales conservados, la restauración y reubicación de los fragmentos arrancados, y el traslado de la portada de piedra, ambos retirados de la cámara en 1964. El  proyecto pretendió devolver a la cámara al estado en el que se encontraba en el siglo XVI, reparando, en la medida de lo posible, las intervenciones realizadas a mediados del XX.

La intervención realizada ha restaurado y recolocado en sus respectivas ubicaciones los fragmentos de pintura mural que fueron retirados y la restauración de las escenas que se conservan en los testeros, dotando al resto de las superficies murales de la sala, de los preceptivos revestimientos para lograr una lectura coherente de conjunto en el que se integren todas las aportaciones conservadas correspondientes a este momento estético ligado a la función del espacio como Sala Capitular, que se mantuvo hasta principios del XX.

 

 

Considerada además la calidad y el interés artístico de las grisallas que se conservan subyacentes en el testero oriental, se practicó un arranque de las pinturas que las ocultaba, lo que permitió descubrirlas, documentarlas y garantizar su correcta conservación antes de realizar las labores de restauración de las pinturas visibles.

Las pinturas arrancadas se trasladaron igualmente a un soporte rígido similar al del resto de las pinturas, cubriendo el paramento del testero e integrándose en el conjunto, pero permitiendo su desplazamiento. Un sistema de montaje mediante paneles y poleas hace posible acceder a la pintura subyacente.

Por un lado, se conservaban dos pinturas murales en los paramentos oriental y occidental de la cámara, y por otro, 25 fragmentos arrancados que estaban almacenados en la sala de la capilla de la Magdalena, lugar en que fueron depositadas tras los estudios realizados en 2011.

La intervención sobre estas pinturas ha consistido en la adhesión por el reverso a un soporte textil manipulable y en la eliminación de las telas de arranque que ocultaban el anverso de la pintura. Después de examinar y ubicar los fragmentos, han sido adheridos a paneles de celdilla de aluminio, adecuados previamente a los volúmenes de la superficie del muro y preparados con la textura oportuna. Después se procedió a la fijación de los paneles en los paramentos y al tendido de morteros tanto en la bóveda como en las perdidas de grandes dimensiones con entonación y granulometría adecuada.

 

 

Por último y para terminar de recuperar las pinturas murales, se realizó la limpieza, consolidación y la reintegración cromática de las lagunas de pequeño y mediano tamaño mediante técnica de "tratteggio", y en las de mayor tamaño con tendido de mortero de reintegración neutro.

Todas las pinturas murales se han reinstalado sobre soportes rígidos sintéticos, de forma que se garantiza la perfecta reversibilidad de la intervención.

Para completar la etapa renacentista de la Cámara de Doña Sancha, y dado que la impronta de las pinturas marcaba la ubicación de la portada en piedra (imagen superior), se procedió al desmontaje de la misma para recolocarla en su lugar de origen, como acceso a la biblioteca desde la cámara.

La recuperación de la lectura de este espacio, requirió además, el restablecimiento de la funcionalidad y del significado ornamental de la monumental portada realizada por Juan de Badajoz que comunicaba la biblioteca con esta sala y que fue trasladada de su emplazamiento original a un lateral de la biblioteca en 1964. Por ello, esta intervención, además, ha recuperado esta portada en su ubicación original con su desmontaje, traslado y remontaje, completando así la lectura del conjunto que formaba junto a las pinturas reubicadas.

 

 

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