NUEVA OBRA DE ANTONIO LABRADOR JIMÉNEZ

Con información de Antonio José Labrador Jiménez (13/02/2013)


 

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La última obra del escultor sevillano es su primera Dolorosa: una obra llevada a cabo siguiendo el estilo barroco impuesto en la escuela sevillana durante los siglos XVII y XVIII, continuado por los imagineros sevillanos de los siglos XIX (Gabriel de Astorga), XX (Antonio Illanes) y XXI (Antonio Labrador).

Ajustándose a dicho esquema artístico, esta efigie mariana presenta un modelado suave que resalta la expresión en su tallado, así como una policromía pálida aplicada a base de veladuras al óleo para obtener unos matices nacarados. Ambas técnicas conjugan el impacto y la conmoción del espectador que toda obra devocional debe combinar para ser un vehículo transmisor de fe religiosa.

Su semblante es el de una mujer con ojos llorosos y compungidos ante el trágico fin de su Hijo, lo cual se representa mediante la policromía con un enrojecimiento progresivo de los párpados, levemente hinchados y surcados por seis lágrimas de cristal. La boca, entreabierta para exhalar un largo suspiro, resalta el desconsuelo del simulacro. Respecto a la simbología de las manos, la derecha ha sido concebida para sostener un pañuelo, mientras que la izquierda remarca también el dolor de María apoyándose en el pecho.

La escultura ha sido labrada en madera de cedro en su totalidad, con una altura aproximada de 170 cm. Luce ojos y lágrimas de cristal realizados expresamente para ella, al igual que las pestañas confeccionadas con pelo de malta. No responde a ningún encargo previo, por lo que no tiene destino concreto en la actualidad.

 

Nota de La Hornacina: acceso a la galería fotográfica de la obra a través del icono que encabeza la noticia.

 

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