El pasado 12 de octubre fue coronada la Virgen de las Nieves, patrona de Los Palacios y Villafranca (Sevilla). Ambas coronas, realizadas por el orfebre cordobés Jesús de Julián y el taller jerezano de joyería elOribe, regentado por Luis Prieto Sánchez e Isabel Núñez Díaz, han sido diseñadas por Manuel Ballesteros Rodríguez.

Entre los diseños de Manuel Ballesteros se encuentran el guion del cardenal Cervantes (Hermandad del Valle, Sevilla), realizado por Orfebrería Ramón León, y los nuevos medallones de los pertigueros para la Hermandad de San Esteban (Sevilla), ejecutados por el orfebre Emilio Méndez. También Ballesteros ha realizado coronas de espinas para el Cristo de la Coronación de Espinas (Hermandad del Valle, Sevilla) y el Cristo de las Penas (Hermandad de la Estrella, Sevilla).

En el caso de Los Palacios y Villafranca, las dos preseas parten de una clara influencia del Rococó, siguiendo el modelo de la actual corona de plata de la Virgen de las Nieves, ya que el objetivo principal era seguir la estética de dicha imagen mariana y su ajuar, por lo que se usaron las mismas proporciones, tanto para la Virgen como para el Niño.

El canasto de la corona de la Virgen (talla de Gabriel de Astorga, 1864) presenta ornamentación rococó junto con elementos florales ascendentes, cobijando en el centro una esmeralda y aguamarina naturales, disponiéndose cuatro óvalos en los que se han grabado los siguientes escudos: el antiguo de la Unión de Los Palacios y Villafranca, el de la Archidiócesis de Sevilla, el de los Ponce de León y el del Papa Libero.

Presenta cuatro imperiales para darle un destacado protagonismo a la perla natural que se presenta en el centro del conjunto, como si fuera un copo de nieve. Los imperiales presentan base rocalla con formas irregulares, donde se disponen diferentes piedras preciosas, para concluir en el centro de la corona con una cartela donde se ha colocado un pequeño ostensorio por el carácter sacramental de la corporación que le rinde culto, rematando el conjunto una cruz engastada de topacios y ornamentación perimetral sobre un orbe.

Por su parte, la corona del Niño adquiere mayor relevancia con respecto a la actual, ya que posee imperiales rematados con el orbe y una pequeña cruz. El canasto presenta, como en el caso de la corona de la Virgen de las Nieves, ornamentación rocalla; en este caso, con cuatro cartelas alusivas al simbolismo de Cristo, recogido en las sagradas escrituras. Presenta diferentes piedras preciosas, como un rubí en la parte frontal del aro.