Se trata de una pieza a tamaño natural (185 cm) en madera de cedro, policromada al óleo y con incorporación de ojos de vidrio soplado y fundas dentales. Representa a Jesús despojado de sus vestiduras y ha sido realizado para unos clientes filipinos, siendo su destino la Parroquia de San Nicolás de Tolentino en Tarlac (Capas).

Para su creación el autor se ha basado en la fusión de las técnicas tradicionales del modelado en arcilla y del modelado digital. Jiménez se ha centrado en enfatizar la belleza y serenidad de Cristo con la idea de representar a un Dios sereno, lejos de dramatismos. Se incluyen notas contemporáneas, tomando de referencia rostros y anatomías de lo que podría ser un hombre de hoy con la edad y las características de Jesús.

El Despojado procesionará la tarde del Viernes Santo junto al Cristo caído y a la Virgen dolorosa que el escultor e imaginero pontanés, afincado en Sevilla, realizó para los mismos clientes, unas obras presentadas en La Hornacina el 3 de marzo de 2018. Los ropajes en este caso son de Luis Pinelo, y la orfebrería de Raúl Cejas.