El misterio de la Virgen María, especialmente su maternidad divina, su inmaculada concepción y su gloriosa asunción, forma parte de los contenidos fundamentales de la fe católica. La Iglesia de Roma vincula íntimamente su vida y su misión al misterio de Cristo, lo celebra gozosamente en el transcurso del año litúrgico, y lo ha representado plásticamente para la meditación e imitación de sus fieles.

La maternidad espiritual de la Virgen, su carácter ejemplarizante y su función mediadora, protectora e intercesora han favorecido que la comunidad cristiana la honre amorosamente con un culto especial, la venere con singular devoción, y la invoque filial y confiadamente en todas sus necesidades.

Por su parte, la piedad popular ha otorgado a la Virgen títulos particulares. Estas advocaciones, inveteradas y diversas en sus expresiones, han sido representadas a través de numerosas obras artísticas, como las pinturas devocionales que se muestran en esta exposición mariana, titulada Regina Angelorum.

Hablamos de tablas, lienzos y cartulinas pintadas a finales del siglo XX y comienzos del XXI por los artistas Joaquín Marchal, Raúl Teruel Pulgar, Alberto Moreno de Dios, Francisco Galán, Manuel Montoro Bago y Francisco Carrillo Rodríguez, quienes emplean técnicas como el óleo, la acuarela, la tinta china o el carbón.

También podemos ver en la muestra Regina Angelorum, organizada por el Grupo Parroquial de Culto de la Sagrada Lanzada de Jaén, varios bustos de imaginería, aportados por los artistas Juan Ventura, José Miguel Tirao Carpio y Vicente Castillo Gutiérrez, cuyo interés se centra en reproducir, más o menos fielmente, el modelo original, ya sea imitando la realidad o bien a través de la inspiración.