Se trata de una representación procesional de la Entrada Triunfal de Jesús en Jerusalén. La escultura ha sido tallada en madera de cedro real y policromada al óleo, alcanzando una estatura de tamaño natural. Su destino es el municipio canario de Icod de los Vinos (Santa Cruz de Tenerife).

En la hechura cristífera el joven artista ha querido plasmar bondad y gozo, sentimientos con los que el Redentor afronta su mesiánico advenimiento; sabiendo que el pueblo jerosolimitano, ahora aclamándolo fervientemente, poco tiempo después será el mismo que lo sentencie a muerte. El diseño y la confección de sus vestimentas ha corrido a cargo del bordador lagunero Álvaro Rivero.

Jesús monta a lomos de la popular "burrita" o "borriquita" mediante la que se recrea, con gran realismo, a un animal propio de los antiguos reyes, en pleno crecimiento, dotado de una expresión casi humana de humildad y satisfacción, pues parece ser consciente de que no hay mayor honor que cargar en su lomo al hijo de Dios.