PROYECTO DE RESTAURACIÓN DE LA PORTADA SEVILLANA DE NICULOSO PISANO

06/11/2016


 

 

El Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico (IAPH) promueve actualmente un procedimiento, al objeto de contratar "obras de conservación" en la portada de Niculoso Pisano del monasterio sevillano de Santa Paula, uno de los elementos más valiosos de un templo declarado bien de interés cultural (BIC), pues no en vano la portada de este monumento integra elementos góticos, mudéjares y renacentistas.

Esta actuación, según la documentación consultada por Europa Press, se enmarca en el convenio de colaboración suscrito el 19 de febrero de 2015 entre la Congregación de Religiosas Jerónimas del Convento de Santa Paula de Sevilla, la World Monuments Fund España y el propio IAPH. Las obras, aún por contratar como tal, cuentan con un presupuesto máximo de 88.977 euros, e incluirán actuaciones tendentes a minimizar las humedades, minimizar la degradación por la acción del agua de lluvia, evitando filtraciones de agua en la estructura de la portada, y para la conservación y protección de los materiales, eliminando vegetación, líquenes, costa negra y suciedad en general de la citada portada monumental.

El Monasterio de Santa Paula de Sevilla fue fundado en 1473 por doña Ana de Santillana para monjas de la Orden de San Jerónimo. El complejo religioso incluye una iglesia, construida entre 1483 y 1489, y un claustro colindante del siglo XVI que fue ampliado perceptiblemente durante el XVII. Desde el nivel de la calle, una modesta puerta de ladrillo conduce a un atrio ajardinado que da a la iglesia, cuya entrada es una imponente estructura de ladrillo y azulejos construida por el escultor Pedro Millán y el ceramista Francisco Niculoso de Pisa (Pisano) en 1504. Su diseño único combina los estilos gótico y mudéjar con elementos renacentistas.

Junto con la lauda de Iñigo López del templo trianero de Santa Ana, el retablo de la Visitación de los Reales Alcázares y los retablos del monasterio de Tentudía en la localidad de Calera de León (Badajoz), esta obra de Santa Paula es de una importancia capital en la cerámica sevillana al introducir Pisano la técnica del azulejo plano a la italiana, procedente de la importante escuela cerámica que se desarrolló en su Pisa natal. La portada se caracteriza por el azulejo cuadrado, el uso de amarillos, blancos, azul cobalto y verde, los temas renacentistas y figurativos, y cierta influencia de las lacerías moriscas aunque interpretándolas con criterio renacentista.

El ladrillo de la portada, especialmente en su parte inferior, muestra una situación de grave deterioro, con pérdidas casi totales en algunos casos, así como presencia de polvo, grietas y crecimiento biológico. La parte superior del azulejo está afectada por la suciedad, los depósitos de guano, desprendimientos y lagunas, la eflorescencia de la sal y los fallos del mortero. El proyecto de conservación, que durará dos años, consistirá en los estudios preliminares y la documentación de las condiciones existentes de la portada, seguido del desarrollo e implementación de técnicas de conservación basadas en estudios previos.

La conservación de la portada es un primer paso hacia la preservación y el mantenimiento de este complejo histórico, situado en el histórico barrio de San Julián en Sevilla. Santa Paula fue el primer monasterio de Sevilla que fue designado monumento histórico, hecho que se produjo en la Segunda República. Las madres jerónimas lo han ocupado continuamente durante más de cinco siglos.

Hoy en día, el monasterio sigue teniendo una presencia activa en la comunidad; además de mantener todos los elementos que componen un cenobio femenino de clausura -compás, portería, enfermería, sala de profundis, refectorio, huertas-, varias de sus dependencias han sido convertidas en salas de un museo donde se exhibe una colección permanente de arte sacro, permitiendo de este modo a los visitantes entrar en unas estancias que, si no fuera así, estarían cerradas al público. Santa Paula también es conocido por las deliciosas confituras que preparan las monjas en sus cocinas -mermeladas, caramelos, magdalenas- y que se venden en el sitio.

 

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