Ha concluido la restauración de las imágenes de San José y el Niño que reciben culto formando un grupo escultórico en la catedral onubense de Nuestra Señora de la Merced. Hablamos de un conjunto anónimo, datado por Diego Díaz Hierro en el siglo XVIII, aunque sus características nos hacen acercar la fecha de ejecución al siglo XIX.

Las imágenes están realizadas en madera tallada, y han sido posteriormente policromadas al temple y estofadas. La intervención de Jairo del Toro, restaurador de Huelva, ha tenido como objetivo subsanar los daños que presentaban y recuperar la lectura original del grupo escultórico.

Tras los estudios preliminares se pudo observar que las tallas habían sufrido modificaciones en sus peanas, siendo notable el cambio de altura en el Niño Jesús, que contaba con un añadido que hacía que su mano chocara con la de San José, provocando así la rotura y pérdida de sus dedos.

Ambas imágenes mostraban daños similares. A nivel estructural presentaban grietas coincidentes con los ensambles del material base, que fueron consolidadas y resanadas. También se retiraron aquellos elementos metálicos que se observaban desde el exterior o que habían provocado deformaciones en la policromía.

La moldura que suplementaba la peana del Niño (realizada en madera de pino) sufría un severo ataque de insectos xilófagos, optando por su eliminación y recuperando así la medida original de la imagen. Gracias a los archivos fotográficos, se pudieron recuperar elementos faltantes como los dedos del Niño.

La capa pictórica mostraba suciedad generalizada provocada por el depósito de hollín y polvo, además de manchas de cera en diversas zonas de la peana y los ropajes. Ante la delicadeza de la policromía, se optó por realizar una cuidadosa limpieza mecánica, combinada con procesos químicos en las zonas de mayor dificultad.

Eran numerosos los desgastes en los dorados y la policromía, especialmente en la imagen del Niño, que había sido manipulada con mayor frecuencia. Fue necesario realizar fijaciones puntuales del estrato pictórico. La intervención culminó con la colocación de nuevos postizos, ya que los antiguos se encontraban prácticamente perdidos.