Los trabajos han sido realizados por el taller sevillano de Pedro Manzano Beltrán en la imagen del Santísimo Cristo de la Expiración, titular de la cofradía onubense de San Francisco. Desde ayer y hasta mañana sábado se encuentra expuesto de forma extraordinaria en el presbiterio del templo de Santa María de la Esperanza para que el público pueda contemplar de cerca el resultado de los mismos.

Para comprobar el estado de conservación de la escultura fueron necesarios estudios previos en los que se emplearon métodos como la tomografía computerizada y el análisis radiológico. Los trabajos en el taller de Pedro Manzano comenzaron el pasado mes de abril.

El proceso de intervención ha consistido en la consolidación estructural de la obra, la extracción de aquellos elementos metálicos que estaban siendo perjudiciales para la misma, el ajuste de los ensambles en la zona de la mascarilla y los brazos -donde además se han eliminado varios repintes-, y la sustitución de los tres clavos de hierro y del antiguo sistema de sujeción a la cruz, también de hierro, por otros realizados en acero inoxidable.

También se han sustituido la cruz -restaurándose las cantoneras de la anterior- y el "titulus crucis", y se ha modificado el sistema de colocación de la corona de espinas -que es nueva, labrada en plata pintada-, de forma que evite el roce con la cabeza del crucificado.

Asimismo, se ha actuado sobre la policromía, que es la original de la escultura, la cual presentaba un notable ennegrecimiento debido a factores como el paso de tiempo o el empleo de velas. Para ello se ha llevado a cabo un proceso de limpieza que ha permitido rescatar los tonos originales y detalles que permanecían ocultos por el humo y los depósitos de suciedad, como laceraciones o regueros de sangre.

El Santísimo Cristo de la Expiración (1939) es una de las cuatro tallas en madera policromada que Ramón Chaveli Carreres, escultor valenciano afincado en Jerez de la Frontera, realizó para la ciudad de Huelva. Esta en cuestión sustituye a una imagen realizada en pasta policromada hacia 1600 que fue destruida en la Guerra Civil y que curiosamente, pese a su advocación, representaba a Cristo ya muerto en la cruz.

Para su ejecución, Chaveli tuvo como referente al popular "Cachorro" de Triana tallado por Francisco Antonio Gijón. De hecho, existía una copia exacta del mismo, ajena a la hermandad, en su antigua sede del convento onubense de San Francisco, regalo de Aníbal González a Manuel Siurot en 1921. No obstante, para las facciones del rostro, quizás Chaveli también pudo tener en cuenta las que mostraba por entonces el Cristo de Limpias.