OBRA DE MIGUEL ÁNGEL GONZÁLEZ ROMERO Y JESÚS MANUEL ROMERO HERNÁNDEZ

Con información de los autores (19/08/2021)


 

 

Obra realizada para el templo parroquial de María Auxiliadora, situado en la pedanía de Pozo del Camino, perteneciente a los municipios onubenses de Ayamonte e Isla Cristina. Los trabajos, realizados en su mayor parte en el presbiterio de la iglesia, han constado de dos partes: la ornamentación pictórica a cargo del pintor sevillano Miguel Ángel González Romero, y la intervención del retablo por parte del escultor, imaginero y dorador Jesús Manuel Romero Hernández, de Castilblanco de los Arroyos (Sevilla).

La ejecución de este proyecto comenzó en octubre de 2019 y terminó en octubre de 2020. Se dio a conocer en noviembre del pasado año, pero su presentación y bendición oficial tendrá lugar el próximo 24 de agosto de 2021, en un acto celebrado por el párroco que lo encargó, el sacerdote polaco Karol Adam Zuraw, antes de su partida hacia otro destino. Ambos artistas coinciden en que han sido meses de duro trabajo y andamios. Meses interrumpidos, además, por la crisis sanitaria provocada por la pandemia de la COVID-19.

Las obras han sido coordinadas por el Grupo Campa (Sevilla), al que pertenecen ambos artistas y que se dedica a la intervención sobre templos protegidos, comprendiendo consolidaciones, reparación y renovación de cubiertas, revestimientos, carpinterías y acabados, implementación de nuevas y actualizadas instalaciones, restauración o reparación de fachadas, portadas, artesonados y carpintería de armar, vidrieras artísticas, solerías, azulejería histórica, cerrajería, retablos, yeserías, frescos y elementos ornamentales, campanas, etcétera.

 

 
     
     
     
     
 

 

En cuanto a las pinturas realizadas por Miguel Ángel González Romero, la visión general del proyecto es la Iglesia, con sus dos partes: la terrenal peregrina y la celestial del reino de Dios. Con un esquema compositivo meridiano, se observa como el mensaje pictórico se divide en dos.

La parte inferior, con una representación del sueño de las dos columnas de San Juan Bosco y la pared del sagrario con la representación del Cordero de Dios. En ambas pinturas, en su parte ornamental, encontramos las medallas de San Benito Abad y la Virgen Milagrosa.

En la parte superior o cúpula encontramos representado a Dios Padre acompañado por un grupo de ángeles y el Espíritu Santo, con los siete dones. Lo que nos da como resultado, junto al Niño Jesús que porta María Auxiliadora -patrona de Pozo del Camino- en sus brazos, la Santísima Trinidad.

La Virgen es el punto de unión y nexo entre las dos partes de la Iglesia. María Auxiliadora es el eje de todo el discurso pictórico de esta obra como puente de unión entre lo divino y lo humano y centro de atención de un retablo en el que han sido representados los arcángeles Gabriel, Miguel y Rafael por los mensajes y funciones que se les atribuyen: San Gabriel aparece en el lado del Niño Jesús por su carácter anunciador de la Gracia Divina, San Miguel figura como protector contra el demonio, en el lado del cetro de la Virgen, y en la parte inferior, San Rafael como representante de la curación, iconografía muy apropiada debido a la pandemia que azota el mundo, siendo San Rafael patrón de los médicos y el arcángel relacionado con la salud.

Cabe destacar el color elegido para el camarín de María Auxiliadora: azul lapislázuli, el azul más valorado para enaltecer la figura de la Virgen por su pureza y su alto valor.

Como línea intermedia nos encontramos a varios santos que han sido representados por distintas etapas históricas, suspendidos en un limbo de adoración como si de flores en el cielo se tratasen, para mostrarnos el camino correcto hacia Dios. Están representados San Juan Pablo II y Santa Teresa de Calcuta, a la derecha de Dios Padre, y Santa Teresa de Jesús y San Antonio de Padua, a la izquierda. En la parte exterior del presbiterio se encuentran representadas Santa Ángela de la Cruz y Santa Rita de Casia.

La división entre la cúpula y las paredes laterales está marcada por dos cornisas de madera con los santos sacramentos. Concretamente seis de ellos, estando el séptimo en la peana que alza al sagrario.

Volviendo a la cúpula, podemos observar que los ángeles que acompañan a Dios Padre portan en sus manos la Biblia y la Cruz, como símbolos de victoria de la fe cristiana, y las tablas con los mandamientos y la rama de olivo, como símbolos del camino a la verdad y la paz entre los hombres, respectivamente.

La parte exterior del presbiterio tiene un carácter exclusivamente mariano. Los ángeles superiores, ambos con ofrendas florales a la Virgen en una mano y el santo rosario y el escapulario en la otra, escoltan el Sagrado Corazón de María, que preside la parte central de la nave del templo. Bajo el Corazón de María se encuentra el único mandamiento de la Virgen: "Haced todo lo que mi hijo os diga". Y en los ángeles inferiores encontramos un fragmento del "Magnificat" escrito sobre los simpecados de la Hermandad de María Auxiliadora de Pozo del Camino, el antiguo y el actual, como alegoría al pasado y presente de dicha corporación.

En la parte inferior de las pinturas exteriores se hallan enmarcadas, sobre la misma ornamentación utilizada en el interior, dos representaciones clásicas con un mensaje muy marcado: San Francisco de Asís abrazando a Cristo en la Cruz y el Padre Pío arrodillado ante Cristo Resucitado. En la ornamentación que a su vez las enmarca también podemos encontrar las medallas de la Virgen del Pilar y San Leandro.

 

     
     
 
     
     

 

Respecto a la intervención del retablo, se procedió a su retirada y su traslado al taller de Jesús Manuel Romero Hernández. Se trata de un retablo procedente de Badajoz, de una antigua capilla-oratorio, como así aparecía rotulado en diversas tablas de su interior. Posiblemente, en Badajoz albergaba una imagen de San José o de San Francisco de Asís, aunque no tenemos datos concretos.

La adaptación de dicho retablo al templo de María Auxiliadora de Pozo del Camino no fue realizada de una forma muy profesional, ya que su estructura, la ornamentación, retoques pictóricos, etcétera, no eran de calidad. Jugando con esa carta a su favor, Romero Hernández tenía la posibilidad de cambiar la terminación pictórica de la obra, respetando en todo momento su estructura y forma.

Una vez el retablo en su taller, se procedió a la realización de un banco nuevo, de las mismas dimensiones y forma, ya que el estado de conservación del existente no era el más apropiado para poder conservarlo.

El cuerpo central del retablo se divide en tres zonas, dos calles laterales y el centro, donde aparece el camarín de María Auxiliadora. Este último se ha proporcionado a las dimensiones de la Virgen, ya que las dimensiones anteriores del camarín eran tan pequeñas que hacían parecer que no era el apropiado para la imagen.

La zona superior se ha conservado y se le ha incluido una cartela central con la imagen de San José.

Todo el retablo, exceptuando el nuevo banco, ha sido tratado para la prevención y eliminación de insectos xilófagos, y se han consolidado las maderas con resina epoxi y nuevas piezas.

También se ha realizado una nueva estructura en maderas nobles para dar fuerza y consolidación a la obra, y se ha sustituido el sistema de fijación del retablo en el presbiterio del templo, colocando unos dilatadores para el posible movimiento de las maderas y de la obra en general.

Las molduras, tallas y columnas se han dorado en su totalidad con oro metal de primera calidad. En el apartado de dorado, Romero Hernández ha contado con la colaboración de Teresa Cariño Álvarez. El fondo del retablo va policromado con un efecto de mármol rojo, dejando el camarín con un mármol azul inmaculado.

Por último, en la cenefa central del banco y enmarcando las calles laterales, se han colocado unas cenefas de cerámica que han sido realizadas por Sandra Colinet Morales.

 

 

Fotografías de José Manuel Bosco y Cristina Virella

 

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