NUEVA OBRA DE JOSÉ HERNÁNDEZ NAVARRO

José María Cámara Salmerón (13/03/2022)


 

Galería de Fotos

 

Sin lugar a dudas, en la Historia del Arte de España hay un simulacro de María Magdalena que permanece siempre ligado al imaginario colectivo de la sociedad española: la Magdalena Penitente que en 1664 realizara Pedro de Mena para la Casa Profesa de los Jesuitas de Madrid. Siendo esta, sin lugar a dudas, la representación perfecta de María Magdalena. Tomándola como punto de partida nos detenemos en un momento crucial en la vida de María de Magdala, como también se le conoce. María Magdalena a los pies de Cristo tras su descendimiento del árbol de la vida. Un momento que Hernández Navarro recrea en este nuevo simulacro para la Hermandad del Desenclavamiento y Tambores Penitentes de Hellín (Albacete). La nueva obra de Hernández Navarro nos la sitúa a los pies de Cristo, un Cristo, el de los Tamborileros, que ha sido bajado de la Cruz Redentora para procesionar, por primera vez, en la noche del Viernes Santo hellinero.

Hace tan solo unas horas, Hernández Navarro presentaba en el templo de los Terciarios Capuchinos de Nuestra Señora de los Dolores de Hellín (Albacete) su última obra con destino a esta Semana Santa manchega que, en 1995, recibe el magnífico grupo de la Coronación de Espinas, transcendental obra dentro de la prolífica trayectoria del escultor de Los Ramos; doce años después de su primera imagen para la Semana Santa hellinera, Hernández Navarro realiza un crucificado para la Hermandad del Cristo del Desenclavamiento y Tambores Penitentes, un crucificado que, desde hoy, cobra verdadero sentido en la Semana Santa de Hellín, puesto que la aparición en escena de la imagen de María Magdalena hace posible su incorporación a los cortejos pasionarios que transcurren en Hellín desde Viernes de Dolores hasta Domingo de Resurrección.

Los evangelios nos indican (Jn 19, 25-27) cómo en el Gólgota se encontraban acompañando a María, tanto María de Cleofás como María Magdalena: "Junto a la cruz de Jesús estaban su madre, la hermana de su madre, María la de Cleofás, y María la Magdalena. Jesús, al ver a su madre y cerca al discípulo que tanto quería, dijo a su madre: Mujer, ahí tienes a tu hijo. Luego, dijo al discípulo: Ahí tienes a tu madre. Y desde aquella hora, el discípulo la recibió en su casa"; sin embargo, el maestro de Los Ramos nos presenta el momento en el que Cristo es descendido de la Cruz y a sus pies lo espera Santa María Magdalena para ungirlo con los ungüentos. No obstante, en esta nueva representación de la Santa, no encontramos el tarro de ungüentos por ningún lado, sino que se nos presenta a María Magdalena encerrada en sí misma, intimista y tensionada, teniendo en sus manos entrelazadas la mejor representación del estupor que siente ante el cuerpo inerte de Cristo.

La imagen está realizada en madera de cedro, policromada al óleo y dorada en oro fino. Nos encontramos ante una representación de María Magdalena diametralmente opuesta a la que hizo en 2016 para la Real, Muy Ilustre, Venerable y Antiquísima Archicofradía de la Preciosísima Sangre de Nuestro Señor Jesucristo, "Los Coloraos" de Murcia. Si en aquel simulacro nos encontramos a una santa ahogada en el sufrimiento por ver al Divino Redentor colgado de la Cruz y con la mano izquierda cubriendo su rostro, en este caso nos encontramos una Magdalena contenida, sin estridencias emocionales y con la mirada dirigida al crucificado que acompañará cada noche de Viernes Santo en la Procesión del Santo Entierro.

Destacar de la talla la desnudez de su hombro izquierdo, en referencia a su condición de pecadora arrepentida, así como las alusiones a su condición de penitente y su retiro en el desierto, referenciado esto último tanto en el tono anaranjado del manto como en la pitera que se dispone en el montículo sobre el que se eleva la santa.

 

Nota de La Hornacina: acceso a la galería fotográfica de la obra a través del icono que encabeza la noticia.

 

Volver          Principal

www.lahornacina.com