NUEVA OBRA DE JOSÉ HERNÁNDEZ NAVARRO

Carmelo Martínez Marín (31/03/2012)


 

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Esta obra fue encargada a Hernández Navarro por unanimidad en asamblea extraordinaria de octubre del año 2010, por la directiva y cofrades asistentes al acto. Los argumentos de tal decisión fueron que su autor debía ser un escultor de renombre, pues la mayoría de las imágenes que alberga la parroquia de Lorquí son de ilustres imagineros como Salzillo, González Moreno, Francisco Liza, Concepción Cuesta, Lozano Roca, Jesús Dimas, Sánchez Tapia. Además se valoró que recibirá culto en un bello templo neoclásico de Pedro Gilabert, afamado arquitecto del Setecientos que participó en la terminación de la torre de la Catedral de Murcia.

También se tuvo en cuenta que fuese una imagen que transmitiese devoción y moviese a la piedad cristiana al contemplarla; por otro lado, que su peso y altura permitiesen poder llevarla a las casas de los vecinos de Lorquí para ser velada la noche de Sábado Santo hasta su salida el Domingo de Resurrección. Dicho día por la mañana es trasladada en procesión para realizar el encuentro con su Madre y demás imágenes en la plaza de la iglesia, en un ambiente de alegría mediterránea al son de tambores y trompetas, sonido de cohetes, olor a pólvora, suelta de palomas, colocación de colgaduras y banderolas en calles y fachadas. Los pasos son movidos en movimientos acompasados y arrítmicos, y desde los balcones y las ventanas se lanzan al paso de las imágenes, confetis, caramelos, flores y globos de colores. Escenas que se repiten a lo largo del recorrido oficial.

Por último, la necesidad de sustituir a la deteriorada imagen de Cristo Resucitado, una obra de pasta de escayola fabricada en los Talleres de Olot (hacia 1942).

José Hernández Navarro es autor de grandes obras de imaginería repartidas en las principales cofradías de la Región de Murcia y en otras zonas de España: Valladolid, Cuenca, Zaragoza o Hellín (Albacete). Se trata de una talla completa en madera de yante, de 180 cm de altura, desde mediados del 2011, fecha en que realizó el boceto hasta su terminación el día 29 de marzo de 2012.

La imagen es una espléndida obra, fruto de un concienzudo trabajo consistente en varios apuntes a mano alzada y un concienzudo estudio anatómico de un modelo natural. La proporcionalidad de la figura es de ocho cabezas. Es casi un desnudo integral cubierto con un envolvente paño de pureza, que cae tras la pierna izquierda hacia la peana de la imagen. La anatomía saca a la luz una musculatura delicadamente tallada y de estilizadas extremidades. Presenta esmerado detalles en el rostro, manos, tórax y pies. El sentido tridimensional está muy cuidado, teniendo en cuenta que se trata de una imagen procesional que va a ser contemplada desde todos los ángulos. Dicha imagen está en actitud de caminar: adelanta el pie izquierdo y dobla la rodilla a pierna derecha, a la vez que bendice con la mano derecha y sostiene con la mano izquierda una delicada cruz triunfante.

La cabeza la mantiene erguida, mirando al frente y dirigiendo sus ojos al fiel, anunciando Jesús el triunfo de la vida sobre la muerte y el poder de Dios sobre las tinieblas. El rostro es muy varonil y afable, y destella una inmensa espiritualidad. El cabello, de cuidada y grácil media melena, simula los efectos del viento, que lo desplaza y levanta hacia el hombro izquierdo.

Para terminar, en cuanto a la policromía, muestra un realismo asombroso, cuidando el autor cada detalle e incluso dejando algunas zonas esbozadas, como le gusta a José Hernández Navarro para hacer partícipe a los espectadores de la interpretación de la obra. Desde la Cofradía de Cristo Resucitado de Lorquí (Murcia), agradecemos a los cofrades, al escultor y a las personas anónimas que nos han apoyado, tanto moral como económicamente, para que esta obra de arte pueda ser hoy una realidad.

 

Nota de La Hornacina: acceso a la galería fotográfica de la obra a través del icono que encabeza la noticia.

 

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