NUEVA OBRA DE FRANCISCO MALO GUERRERO

Con fotografías de Gabriel Salas (10/01/2011)


 

 

Una de las piezas presentadas a concurso en la pasada edición de la Bienal de Imaginería del municipio onubense de Higuera de la Sierra ha sido esta Flagelación modelada en terracota policromada por el escultor e imaginero ubetense Francisco Malo Guerrero, ganador en la anterior convocatoria de dicho certamen, celebrada en el año 2008.

 

 

Como en sus anteriores obras de la Pasión de Jesús, el joven artista, de formación sevillana, sigue apostando por un dramático realismo, aunque en este caso la tragedia es representada con extremas dosis de crudeza, tanto a nivel físico como emocional. La figura -de cuyo semblante, roto por el dolor, brota un desgarrado grito de desolación-, aparece con las carnes completamente desolladas tras un castigo a base de correas y flagelos que, visto el resultado, parece haber sido aplicado con especial sadismo por unos morbosos torturadores.

 

 

Lo anterior viene provocado por el deseo de conmocionar al espectador presentando a Jesús como una ruina humana; precisamente en una iconografía en la que es frecuente que su naturaleza divina pase a un segundo plano para que prevalezca la condición terrena de un hombre sometido a una brutal tortura, que enfrenta la voluntad de su sacrificio con su instinto de supervivencia. De ahí que el agónico lamento sea interpretado por los cristianos como prueba de infinito amor al Padre, al que se dirige, como hace unas horas en Getsemaní, con el fin de solicitarle la fuerza necesaria para cumplir con su mandato; fuerza moral antes, fuerza corporal ahora.

 

 

Si a todo ello se suma la desnudez de la escultura -labrada en pequeño formato-, caída por el insufrible tormento ante la columna salpicada con su propia sangre -a la que se halla atado con las manos cruzadas mediante cuerdas y argollas-, el afán por reflejar el calvario y el desamparo de Jesús se ve notablemente reforzado.

 

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