EL AJUAR DE LA CASA NAZARÍ

Con información de Purificación Marinetto Sánchez (06/03/2015)


 

 

La muestra El Ajuar de la Casa Nazarí presenta el paisaje interior de la casa o palacio de la época Nazarí, incluyendo una exhibición de su delicado ajuar. Conocemos la belleza arquitectónica de una casa en época nazarí y los espacios reservados a cada uno de los usos para hacer un ámbito para la familia. Sin embargo sus útiles, en general, el ajuar, no se encuentra en la actualidad en su interior y es en el Museo de la Alhambra donde podemos entender el alcance real de la funcionalidad de estos hogares, aquellos elementos que permitían la vida y actividad diaria; ayudaban a su bienestar y distraían a los habitantes de la casa.

La ciudad nazarí de Granada (1232-1492) tenía numerosas fundaciones, edificios de propiedad del sultán y públicos que mostraban una ciudad con gran actividad intelectual y cívica, como puede ser su madraza o universidad, alhóndigas, alcaicería, mezquitas o el Maristán u hospital.

La muestra presenta una serie de objetos de ajuar de la colección del Museo de la época nazarí. Una ocasión especial para disfrutar del arte musulmán. El acabado tallado y policromado de los muros palatinos; las cubiertas de madera; los tejidos que cubrían los muros o cerraban espacios de rica seda roja, amarilla y de oropel; así como el ajuar doméstico y complementario a estas estancias, con cajitas de taracea, la vajilla de vidrio, los juguetes para los niños de riquísima variedad de formas, el calzado, los juegos como el ajedrez o la vajilla de cocina son algunos de los objetos que podremos admirar en la exposición.

La entrada a la casa nazarí con apertura externa a la estrecha calle, nos mostraría una fachada casi sin aperturas y una puerta de entrada de madera, en algunas ocasiones bellamente decoradas con clavos de hierro forjado en forma agallonada. Por ella accedían sus moradores gracias al uso de largas llaves de hierro que estarían atadas con un cordón de una anilla extrema y mostraban dientes quebrados para hacer juego en la cerradura y permitir su apertura. La puerta cerrada, ofrecía llamadores con formas de anillas decoradas incluso con temas figurativos, como un león del que pendería la anilla, para golpear y llamar para pedir su apertura. No obstante la casa debía de permanecer cerrada y segura desde su interior con cerrojos para bloquear su apertura.

No podemos olvidar que la puerta de la casa, y en este caso las portadas monumentales en el recinto de la Alhambra, son entradas al visitante, y como tal aparecen elementos de paz y bienvenida con un símbolo que encontramos en diferentes entradas a la Alhambra, la llave y/o la mano en la dovela central a la entrada. Este ejemplo presentado formaba del arco de paso del primer patio al segundo de la Casa Real de la Felicidad, vivienda para el sultán en la finca del Generalife. En este ejemplo la mano abierta se aúna con la llave que aparece rehundida su silueta en su antebrazo, posiblemente estuvo rellena con cerámica incrustada, hoy desaparecida. Esta llave representada es similar a la que tenemos expuesta y que nos enseña cómo sería el borlón extremo del cordón que la sujetaba de la anilla.

El duro clima de Granada hacía necesario el acondicionamiento de la casa durante el invierno con braseros para calentar las estancias y pequeñas fuentes que en el verano aportaran frescura y humedad. Toda esta adaptación junto con techos y puertas de madera, celosías en las ventanas con vidrios de colores para aislarse del exterior, tarimas... estaría acompañado de alfombras y tejidos que cierran espacios y protegen del clima extremo.

 

 

La vida en la casa nazarí continuaba con la caída del sol y se hacía necesario el uso de candiles o velones para la iluminación del hogar. El acabado ligero y con una amplia asa en vertical, les facilitaba su fácil transporte al lugar deseado. La presencia de éstos es contante y muy numerosa, con una gran variedad de soluciones decorativas que van desde los más sencillos vidriados en verde a otros en el que su acabado es igual a la cerámica de lujo nazarí, decorada con vidriado en blanco, azul y dorado.

El ajuar de tipo personal responde a las descripciones conocidas en el vestir, sus adornos y su joyería que describen a la mujer y al hombre nazaríes. Estos elementos nos aportan los datos para imaginarnos los gustos del momento. Pulseras de vidrio, ajorcas, sortijas de vidrio y metal, bronce, talón u oro con o sin piedras o esmaltes, aretes de filigrana cuidadosamente tratados, pinjantes, botones, en general adornos muy cuidados que llevaban de forma usual las mujeres nazaríes.

Entre el ajuar de la casa, había pequeños objetos usados como joyeros, costureros, etcétera. Los objetos preciados se guardaban dentro de cajitas de madera decoradas con labor de taracea. Técnica y trabajos que se han mantenido como tradición hasta la fecha.

Los elementos que facilitarían la higiene es una de las características presentes en todos los hogares nazaríes. Junto con un retrete en cada casa con agua corriente, se hacía necesario pequeñas pilas con forma ataudada para la higiene íntima y bacines junto a las alcobas que también aparecen con una gran variedad de acabados decorativos dependiendo del nivel social de sus dueños. 

La cocina, sus utensilios y enseres necesarios para la preparación de la comida, requiere una gran cantidad de objetos en relación a ella y que necesitaban un espacio reservado para guardarse en alhacenas que se encontraban separadas con anaqueles. El lugar para cocinar podía tener o no un lugar concreto dentro de la vivienda. En las casas conservadas nazaríes, no se ha reconocido por los restos conservados, un lugar concreto para ello, parece ser que se trasladarían los anafres al lugar deseado que podía variar, como el patio, el pórtico… Según los recetarios conservados, se conoce el uso de los utensilios necesarios para cada plato preparado, su uso y características necesarias para el buen resultado. La arcilla elegida; acabado; tamaño; cierre de sus tapaderas o protecciones con aperturas para determinados platos; tapones; el uso de almirez; la preparación del queso; las jarras y jarros con la arcilla adecuada para refrescar el agua; orzas, cantimploras, cantaros o grandes tinajas de almacenamiento…en general un completo ajuar para la preparación, cocina y almacenamiento. 

Los entretenimientos estaban presentes tanto en juegos o distracciones para adultos como para niños. Entre los adultos se conserva una buena colección de pipas de hachís, que aunque prohibido su uso, era frecuente dado el numero conservado. Las formas muy diversas: en forma de barco; con caritas humanas; un león; con formas redondeadas o por el contrario muy angulares. Muchas de ellas realizadas a molde que posiblemente vendían a lugares lejanos, ya que han aparecido en lugares muy dispersos las mismas formas.

Los niños pequeños tenían sus propios objetos de juego. Por un lado, se conserva una gran variedad de figuritas para jugar con ellas, muñecas, caballos, ranas, serpientes, tortugas, monstruos... algunas con acabado de silbato o como silbatos de agua para imitar el canto de los pájaros; por otro lado están los cacharritos de la cocina en miniatura que a imitación de los de sus madres usarían las niñas para jugar a cocinar con ellos. Curiosamente en muchos casos este ajuar en miniatura nos muestra ejemplos mejor conservados a los de tamaño normal y, nos sirven como ejemplo y testimonio muy completo del ajuar de la cocina, ya que mantienen las mismas características de las piezas usadas por sus madres, en arcilla, modelado, decoración y acabados diferentes.

 

 

Nota de La Hornacina: hasta el 15 de noviembre de 2015 en el Museo de la Alhambra (Palacio de Carlos V) Horario hasta el 14 de octubre: miércoles a sábados, de 08:30 a 20:00 horas; domingos y martes, de 08:30 a 14:30 horas; lunes, cerrado. Horario del 15 de octubre al 15 de noviembre: miércoles a sábados, de 08:30 a 18:00 horas; domingos y martes, de 08:30 a 14:30 horas; lunes, cerrado. Apertura extraordinaria todos los viernes de 21:00 a 23:30 horas, hasta el 30 de septiembre. Purificación Marinetto Sánchez es comisaria de la exposición.

 

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