LOS JARRONES DE LA ALHAMBRA, SIMBOLOGÍA Y PODER

18/11/2006


 

La exposición da idea del lujo y el refinamiento que albergaba en su momento el palacio de la colina roja. Por primera vez en la historia los míticos jarrones de la Alhambra están reunidos en el lugar al que pertenecieron. Más de un año, cientos de trámites y un intenso trabajo ha sido necesario para traer a Granada esta exposición que puede contemplarse en la capilla y la cripta del Palacio de Carlos V hasta el mes de marzo. Los jarrones han viajado hasta la Alhambra desde lugares tan dispares del mundo como Nueva York, San Petersburgo, Berlín o Estocolmo. Tanto es su valor histórico-artístico que algunos han llegado a Granada escoltados por la Guardia Civil.

La muestra, que podrá verse hasta marzo del año 2007, reúne más de un centenar de piezas de enorme valor. Algunas de ellas nunca se habían mostrado al público. Por ejemplo, el gollete del Baño del Museo de la Ciudad de Murcia o el Jarrón Fortuny, del Museo Ermitage de San Petersburgo, que de nuevo retorna al lugar del que salió en el siglo XV «como regalo de los sultanes a las grandes personalidades de la época», según explicó el comisario de la exposición, el arqueólogo Guillermo Roselló.

Además del importante legado aportado por el Museo y el Archivo Documental de la Alhambra, la exposición ha sido realidad gracias a la colaboración de más de 70 prestatarios nacionales e internacionales como el Metropolitan de Nueva York, el Ermitage de San Petersburgo, The Hispanic Society de América, Museo Arqueológico Nacional, Museo Nacional de Arte de Cataluña o los Museos Arqueológicos de Sevilla, Mallorca y Almería y coleccionistas privados. Entre los dieciséis jarrones conservados prácticamente completos y los golletes, asas, cuerpos y fragmentos de otros, ofrecen al visitante una idea de la exquisitez de la dinastía que concibió la Alhambra, la nazarí- y su bellísima cerámica desperdigadas por el mundo a causa de los numerosos saqueos y expolios que ha sufrido el palacio a lo largo de su historia y hasta bien entrado el siglo XX.

Las joyas de esta muestra son, sin duda, los jarrones de la Alhambra, de los que en la actualidad se conservan, completos, dieciséis. La exposición, a la que se puede acceder de forma gratuita ha contado con una museografía específica creada para la ocasión por el arquitecto Juan Pablo Rodríguez Frade. Además de la presencia física de estas joyas de la cerámica nazarí, la muestra recrea virtualmente aquellos jarrones que no ha sido posible traer a la Alhambra. Los visitantes podrán comprobar el proceso de reconstrucción de un jarrón del que actualmente sólo se conserva el gollete, como es el aportado por The Hispanic Society de América.

Pasado histórico y presente tecnológico se unen en esta muestra para la que se ha editado un magnífico catálogo bilingüe. La muestra está dotada con un dispositivo de seguridad especial así como un férreo sistema de climatización. El comisario, Guillermo Roselló la calificó como «única, no sólo por la oportunidad de contemplar por primera vez, junta, toda la colección cerámica de la Alhambra, sino porque posibilita recuperar información desconocida sobre este legado que permitirá revisar muchos aspectos del periodo histórico nazarí».

La exposición también incluye cuadros que dejan constancia de la atracción que estas piezas tuvieron para el coleccionismo moderno, entre los que destacan un lienzo de Federico Madrazo, que reproduce el estudio del pintor Mariano Fortuny, con los jarrones nazaríes que consiguió reunir y otro del propio Fortuny, titulado Gitana bailando en un jardín de Granada.

 

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