RESTAURACIÓN DE LUCÍA RUIZ GÓMEZ Y ANA LÓPEZ LEÓN PARA CANILES (GRANADA)

17/11/2021


 

 
 
 
 
Estado inicial del Nazareno. Conjunto y rostro

 

La intervención ha sido practicada por las restauradoras en las imágenes titulares de la Hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno y Nuestra Señora de los Dolores Coronada. Tras los estudios previos a la misma se ha llegado a la conclusión con gran certeza de que Nuestro Padre Jesús Nazareno, aunque se hallaba atribuido a Eduardo Espinosa Cuadros (Granada, 1884-1956), debió salir del taller de Domingo Sánchez Mesa (Churriana de la Vega, Granada, 1903 - Granada, 1989). Ambas esculturas sustituyen a otras destruidas en la Guerra Civil, cuya autoría se atribuía a José Risueño (Nazareno) y Pedro de Mena (Virgen de los Dolores).

La imagen de Nuestro Padre Jesús Nazareno, en mejor estado de conservación, presentaba sobre todo problemas en los brazos, los cuales no funcionaban correctamente por la antigüedad de los mismos. Asimismo, mostraba alteraciones como craquelados, repintes extensos y numerosos, telas en la estructura de la obra o fisuras, evidencias de intervenciones anteriores.

En cuanto a la imagen de Nuestra Señora de los Dolores, ha sido también víctima de intervenciones anteriores donde se sustituyó el cuerpo envolviendo el busto con telas encoladas de una calidad deficiente. Del mismo modo, el candelero presentaba una acusada inestabilidad. Todo ello, ponía en riesgo la obra, teniendo en cuenta su uso como imagen procesional. Asimismo, la policromía tanto de ambas manos como del rostro se encontraba reticulada, probablemente debido a haber estado sometida a altas temperaturas durante un prolongado espacio de tiempo. Además, la luz rasante ha ayudado a identificar los brillos a eliminar ya que la obra se encontraba recubierta de un estrato de acetato de polivinilo en sustitución de un barniz.

Con motivo del resultado de los trabajos se ha organizado una ponencia sobre el proceso de restauración de ambos titulares. El acto será llevado a cabo por Lucía Ruiz Gómez y Jose Manuel Mesa Ocaña en la Casa de la Cultura de Caniles (Plaza de la Constitución, 2) el próximo sábado, 20 de noviembre, a las 17:00 horas.

 

 
 
 
 
Estado inicial del rostro de la Virgen de los Dolores

 

La propuesta de intervención de la imagen de Nuestro Padre Jesús Nazareno comprendía la extracción de los brazos -que son los originales- para limpiar la articulación y cambiar los elementos roscados por varillas roscadas y tuercas de mariposa, interponiendo arandelas de goma que garanticen la estabilidad de dichas articulaciones. En cuanto a la limpieza, la propuesta comprendía la eliminación de los barnices oxidados y de la suciedad superficial que enmascaraban la obra, así como la de los repintes localizados con una intervención aparentemente deficiente, liberando la policromía original.

En cuanto a la propuesta de intervención de Nuestra Señora de los Dolores, comprendía la eliminación de las telas encoladas que recubrían el busto -extrayendo de este modo toda la superficie original que sería tratada posteriormente-, la realización de un nuevo cuerpo acorde con la obra que evidencie la parte original de la añadida -actuando en todo momento con el mayor respeto hacia la obra-, y la extracción de los brazos y su sustitución por otros más adecuados que permitan una correcta articulación de los mismos y una firmeza que evite los movimientos bruscos durante su salida procesional. Por otro lado, se respetaría el repolicromado encontrado en las carnaciones, dado que su estado es de muy buena calidad y se conserva en muy buen estado de conservación, además de que a primera vista parece que apenas se conserva policromía original; sin embargo, se documentará la superposición de capas realizando un análisis químico.

 

 
 
 
 
Proceso de intervención del Nazareno

 

El proceso de restauración de Nuestro Padre Jesús Nazareno se inició con una fijación de la policromía, la eliminación del repinte de las manos que ocultaba la policromía original y las veladuras originales de mayor calidad, la eliminación del barniz oxidado del rostro que ocultaba las bellas veladuras que el autor realizó sobre la obra, la limpieza de ambos ojos y la eliminación de las pestañas postizas por la gran cantidad de suciedad superficial y repintes que tenían, y la eliminación de los múltiples repintes de los pies, que desvirtuaban la estética de la obra y ocultaban diversas veladuras que habían logrado sobrevivir a numerosos besapiés.

Para la consolidación del soporte se optó por realizar un cosido de espigas de diferentes grosores. Dichas espigas de madera de pino, fueron fijadas a la obra mediante acetato de polivinilo, garantizando de este modo que las numerosas grietas que presentaba la obra no siguiesen abriéndose y pudiesen sellarse mediante serrín cola, para su posterior estucado y reintegración.

Ambos brazos articulados habían perdido por completo su funcionalidad, debido al envejecimiento de la madera con el paso del tiempo, diversas intervenciones poco acertadas y el propio desgaste provocado por el uso y el paso de los años que las articulaciones habían sufrido. Por esta razón, se decidió una sustitución completa de los brazos y su mecanismo, pasando de ser de espiga o galleta, al de bola, la opción más óptima. La madera de los brazos era similar a la original, es decir, madera de pino. Estos nuevos brazos fueron tallados y colocados por el escultor granadino José Manuel Mesa Ocaña. Su terminación se realizó a la cera pulida, sin policromar.

Mesa Ocaña también se encargó de reponer las pestañas, sustituyendo las que tenía, de material plástico y escaso valor artístico, por otras de pelo natural, consiguiendo nuevamente resaltar la obra y devolver la estética con la que el artista la concibió. Estas fueron adheridas a la obra mediante acetato de polivinilo.

Por último, se realizó una labor de estucado y desestucado, reintegrándose las lagunas con un criterio de discernibilidad y reversibilidad. Para el barnizado final, como criterio indispensable de conservación preventiva que protege la obra contra los cambios higrométricos y los rayos ultravioleta, se aplicó un barniz principalmente mate con una pequeña matización de brillo, teniéndose en cuenta la estética con la que acababa sus esculturas Sánchez Mesa, quien no solía barnizar sus imágenes por lo que el acabado solía ser mate.

 

 
 
 
 
Manos de la Virgen de los Dolores. Estado inicial y final

 

El proceso de restauración de Nuestra Señora de los Dolores comenzó con la eliminación de la capa de protección de acetato de polivinilo, más comúnmente conocido como "cola de carpintero" -tanto en el rostro como en las manos, los cuales se encontraban libres de repintes-, y de las pestañas y las lágrimas, para retirar posteriormente los restos de adhesivos que dichos postizos habían dejado.

Debido al mal estado en el que se encontraba el candelero, por motivos de conservación se ha sustituido por otro de las mismas dimensiones que el original, aunque técnicamente más correcto en cuanto a su estructura. A este candelero se le han añadido agarraderas en su parte interior para poder ser transportada la dolorosa desde un sitio seguro. Al igual que el Nazareno, la Virgen de los Dolores también presentaba unos brazos con un movimiento muy reducido que deterioraba de manera directa el busto al ejercer presión uniendo las manos. Esta sustitución ha supuesto la modificación de los laterales del busto, añadiendo maderas encoladas para su correcta adaptación. Todo este trabajo ha sido realizado también por el escultor e imaginero Mesa Ocaña.

Tras un barnizado intermedio para limitar la porosidad del estuco añadido, se ha procedido a reintegrar matéricamente con estuco aquellas lagunas generadas por elementos punzantes como alfileres. Seguidamente se ha procedido a reintegrar cromáticamente aquellas zonas faltantes de policromía. Para ello se ha utilizado únicamente pigmentos al barniz.

El barnizado final ha consistido en una mezcla de barniz mate y barniz brillo en una proporción inferior de brillo para conseguir un matiz que realce la policromía del rostro y de las manos a la vez que las proteja de todos los agentes de degradación que rodean la imagen.

Por último, se han sustituido las cinco lágrimas que presentaba en origen por unas de cristal que evitan el amarilleamiento que se daba en las lágrimas de resina que tenía anteriormente. Igualmente, se han sustituido las pestañas por unas de pelo natural, adheridas con Vinavil, una cola con características excepcionales que evita el amarilleamiento prematuro del adhesivo. Esta labor ha corrido a cargo también de Mesa Ocaña.

 

 
 
 
 
Rostro del Nazareno. Estado final
 
 
 
 
 
 
Rostro de la Virgen de los Dolores. Estado final

 

Fotografías de Luis María Contreras Fajardo, Luis Javier Quesada Raya y Mery Morales López

 

Volver          Principal

www.lahornacina.com