La Casa de los Pisa, sede del Archivo-Museo San Juan de Dios en Granada, contando con la colaboración de la restauradora Julia Ramos, ha llevado a cabo la intervención de conservación, restauración y puesta en valor de una pequeña imagen sedente del siglo XVII cuya advocación es Cristo de la Paciencia, aunque es más conocido como "Señor de Puerta Real". La talla fue en su momento donada a la Orden Hospitalaria.

La intervención del Cristo de la Paciencia ha sido una tarea bastante delicada, ha durado varios meses y ha sido realizada con el máximo cuidado. Su objetivo ha sido doble: devolver la integridad física necesaria a la obra para que perdure en el tiempo, así como su entereza estética. Entre las principales causas de alteración del estado de la pieza destacaban las condiciones medioambientales y el efecto que éstas habían ocasionado sobre los materiales, influyendo de manera determinante en su envejecimiento, deterioro y caducidad, acelerando estos procesos naturales propios de cada componente.

La talla del llamado "Señor de Puerta Real" cuenta con una historia muy ligada a la ciudad de Granada y a la devoción popular, por lo que ha sido objeto de numerosas ofrendas a lo largo del tiempo. Tras la restauración, volverá a ser colocada en una pequeña hornacina de la fachada del edificio denominado Hospital San Juan de Dios, declarado Bien de Interés Cultural en 1980, para disfrute de todos los viandantes.

El conjunto compuesto por la hechura cristífera de bulto redondo, el interior de su hornacina callejera y los exvotos "es una seña de identidad para el barrio de San Juan de Dios. Recuperar este elemento supone reactivar muchos sentimientos compartidos por los habitantes de esta zona de Granada", afirma Francisco Benavides, director del Archivo-Museo San Juan de Dios. La intervención sobre este bien contribuye a completar la restauración integral que se está realizando sobre la primera crujía del hospital donde se ubica.

A lo largo de toda la intervención, el objetivo prioritario de la Orden Hospitalaria ha sido la mayor aproximación posible a la aprehensión conceptual de la obra en el momento histórico, social, técnico y artístico en que se llevó a cabo, intentando descubrir la intencionalidad del artista. De aquí la importancia de los criterios de mínima intervención y respeto total a la originalidad de la obra en todo aquello que no esté estrictamente enfocado hacia la conservación, como son las actividades de consolidación, fijación y preservación de los materiales. "La eliminación de añadidos y repintes nos ha devuelto a una obra más auténtica, reconociendo con mayor fidelidad el trabajo artístico de la escuela granadina", reseña Benavides.

La intervención ha consistido en la toma de una serie de medidas encaminadas a mantener la obra subsanando los desperfectos que distorsionaban la legibilidad de la misma. Todos los tratamientos se han llevado a cabo utilizando productos que afectan en el menor grado posible a los materiales originales, teniendo todos ellos las propiedades de inocuidad para la obra, alto índice de inalterabilidad y poder de reversibilidad, facilitando su posible eliminación en tratamientos futuros, si así se requiriese.

En los trabajos de limpieza, se han eliminado capas de grasa, barnices, repintes y repolicromados que cubrían y enmascaraban el aspecto original de la obra. Se trata de un tratamiento más conservativo que estético, ya que, al retirar estas capas, se libera a la superficie original de muchas de las causas que originan su degradación. Por otro lado, en esta delicada intervención ha sido prioritario el respeto que merecen las pátinas de envejecimiento de los distintos materiales y el cuidado en la elección de los productos y técnicas a utilizar, siempre buscando la máxima idoneidad y compatibilidad con respecto a los materiales originales.

El Cristo de la Paciencia está datado en la segunda mitad del siglo XVII y hasta el momento no tiene asignada autoría. El nombre por el que se le conoce está condicionado por su procedencia de una posada que se situaba en la zona de Puerta Real, conocida como "Posada de las Imágenes" por albergar la de este Cristo y una imagen de la Virgen de las Angustias. El Cristo fue donado a los Hermanos de San Juan de Dios cuando la posada fue demolida, siendo expuesta al público para que continuase la devoción de los granadinos. A principios del siglo XX dicha imagen ya disponía de una capilla propia donde se oficiaba misa a diario, independientemente de los cultos de la capilla del Hospital, dada la gran devoción de la ciudadanía.

La Casa de los Pisa fue construida por la familia Pisa poco tiempo después de la reconquista de Granada por los Reyes Católicos en 1492. Los Pisa acogieron a San Juan de Dios, que falleció en la casa el 8 de marzo de 1550. Desaparecida la familia Pisa a mediados del siglo XIX, el edificio fue adquirido por la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios en 1927, por considerarse uno de los elementos más entrañables de su patrimonio.

Como hemos apuntado anteriormente, en la Casa de los Pisa se sitúa el Archivo-Museo San Juan de Dios, centro cultural de la Orden Hospitalaria. Fue creado en enero de 1931 y está gestionado por la Provincia Bética. Su fin principal es garantizar el conocimiento y la conservación del patrimonio cultural de la Orden Hospitalaria generado y transmitido a lo largo de la historia, con la intención de difundir la riqueza que encierra con fines pastorales, científicos y didácticos. Junto al centro cultural se ubica una residencia de mayores que presta asistencia a 85 usuarios, a través de la cual se actualiza la labor hospitalaria de San Juan de Dios.

Mañana martes 16 de noviembre, Día Internacional del Patrimonio Mundial, el Archivo-Museo San Juan de Dios celebra en la Casa de los Pisa (Calle Convalecencia 1, junto a la Iglesia de Santa Ana en Plaza Nueva) una Jornada de Puertas Abiertas entre las 10:00 y las 14:00 horas que constituirá una oportunidad única para contemplar de cerca el recientemente restaurado Cristo de la Paciencia antes del traslado a su hornacina.