NUEVA OBRA DE LUIS GONZÁLEZ REY PARA SAN ROQUE (CÁDIZ)

Francisco Manuel Ramírez León (27/09/2011)


 

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Disfruta San Roque de una Semana Santa de arraigada tradición y carácter. No obstante, andaba este singular y completo teatro de la Pasión falto de culminación, pues carecía para el culto público de la iconografía de la Resurrección de Cristo. Solventan tal falta los cofrades sanroqueños, que era asunto que les pesaba ya de antiguo, proponiendo al Obispado de Cádiz la realización de una talla de Jesús Resucitado.

De tres propuestas que se presentaron, la opción elegida fue la del escultor gaditano Luis González Rey, quien conoce bien este misterio y sabe tratarlo, pues no son pocas las veces que lo ha trabajado: su primera obra de talla completa para una cofradía fue el Resucitado de Jerez de la Frontera, luego vendría el Resucitado para Cádiz; y si en sus inicios la propuesta para dicha composición nos mostraba a Jesús elevándose envuelto en la mortaja, hoy en día, ya en su madurez artística, González Rey aboga por una representación más estática, con la hechura firmemente apoyada en lo que simula ser la losa del sepulcro. Modelo éste último que para algunos autores es el más correcto, pues el primero puede llevar a equívocos y ser confundido con la Ascensión.

Claro está que Luis González Rey es ahora más sabio en su oficio, que es de las cosas buenas que otorgan el paso de los años, y domina un amplio repertorio iconográfico que ya en sus obras no muestra una dependencia tan clara de los patrones del barroco sevillano. Y aunque nunca se desvía del naturalismo, en sus últimos Crucificados se distinguen lecturas sindónicas, o indicios de un acercamiento al tan en boga hoy en día hiperrealismo. Se observa el acúmulo de distintas experiencias, un estilo más depurado lejos ya de sus dudas de juventud, así como su gusto por Salzillo y su admiración por Benlliure. En definitiva, ha sabido tomar y así construir un estilo propio: su personalísima y sólida manera de entender la escultura sacra.

Resuelve esta hechura de Cristo Resucitado en madera policromada el óleo, a la que añade ojos de cristal y pestañas. Talla de tamaño natural que nos muestra un Varón de complexión atlética, bien proporcionado y de notable musculatura, aunque sin exageraciones. Se nos muestra de frente, con los brazos extendidos mostrando las llagas de la Crucifixión en las muñecas, adelantado una pierna en lo que sugiere ser un pesado y aún torpe caminar. La cabeza alta, con la mirada elevada hacia Dios Padre, con quien comparte el gozo de la Resurrección. Sobresaliente el rostro, idealizado, dejando claramente visible en los acabados detalles, una total entrega del escultor en la obra. Trabajado el suave semblante de Jesús con verdadera exquisitez en todos los sentidos: talla, dibujo y resolución de la expresión -objetiva y muy lograda recreación de quién muestra verdadera alegría-, y policromía. En la faz se contempla livianamente el sufrimiento del martirio con cierta pesadez de los párpados y ojeras. Los cabellos enmarcan en sinuosos e individualizados mechones la bella cabeza, contrastando el color castaño elegido para los mismos, con la sutil y clara policromía de la faz.

El cuerpo de Jesús va en consonancia con el rostro, detallando con agudeza la orografía de la anatomía en sus distintas partes. Más perfilada la caja torácica, pues se nos muestra como explícito testigo del padecimiento sufrido en la cruz. También se observa el uso de este recurso en los hinchados vasos capilares de los antebrazos. La aplicación de color eleva el acabado de la talla de estas huellas de la tortura. Un sencillo y ceñido paño acabado en tonos grises cubre el pubis. No ha querido el escultor resolver la tela en grandes volúmenes, para así no desvirtuar la obra cuando se presenta vestida.

En definitiva, el escultor e imaginero gaditano Luis González Rey ha resuelto una obra bien planteada, de detallada y delicada elaboración, ajustándola con gran acierto a la iconografía. Transparenta la hechura la intensa dedicación del artista a la misma, y su deseo por alcanzar unos de sus mayores logros artísticos. No nos queda más que compartirla. Pulse sobre el icono si desea ver las instantáneas que nos cede Rafael Rovira, y podrá contemplar la imagen con la que se conmemora la Resurrección en la tierra natal de Luis Ortega Bru.  

 

Nota de La Hornacina: acceso a la galería fotográfica a través del icono que encabeza la noticia.

 

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