PROYECTO DE RESTAURACIÓN DE GESTIONARTE

Con información de Benjamín Domínguez Gómez (20/11/2013)


 

 

 

Los responsables de la Parroquia de Nuestra Señora de la Granada, enclavada en el municipio sevillano de Guillena, ha encomendado a la empresa GESTIONARTE SLU los trabajos de conservación y restauración sobre la escultura sacra del Cristo del Cementerio. La intervención corre a cargo de Benjamín Domínguez Gómez, conservador-restaurador de bienes culturales. Tendrá una duración de cinco meses, estando prevista su culminación para las vísperas de la próxima Semana Santa del año 2014.

El Cristo del Cementerio es un Crucificado anónimo, fechable a mediados del siglo XVI. Es, a buen seguro, la imagen más antigua de la localidad, poseyendo un gran valor artístico. Su nombre proviene del período que presidió la capilla del camposanto de la localidad, desde el siglo XIX hasta la Guerra Civil, cuando fue trasladado al templo parroquial, donde todavía permanece. La documentación -todavía en proceso de recopilación e investigación por parte del investigador Juan Antonio Silva Fernández, doctor en Historia del Arte- apunta a que el crucificado pudo haber sido el primer titular de la Cofradía de la Vera Cruz, fundada en el año 1560 en la ermita que San Nicolás (actual Plaza de España), siendo sustituido por el actual (restaurado también por GESTIONARTE SLU en el año 2012), durante la primera mitad del siglo XVIII.

La imagen está realizada en madera, directamente sobre el tronco sin ahuecar, teniendo unas dimensiones menores del natural (mide 120 cm de altura). Se presenta en la actualidad sobre una cruz arbórea, con numerosos nudos e INRI en la parte superior, si bien parece no ser la primigenia por diferentes evidencias que revela la propia escultura, cuyo estado de conservación de la imagen es bastante deficiente, algo que ya denunciaba el profesor José Hernández Díaz en los años 50 cuando, en la Guía Artística de Sevilla y su Provincia, ponía de manifiesto el interés de la pieza y su "lamentable estado de conservación".

 

 

De hecho, el Crucificado tiene mutilados todos los dedos de las manos y los correspondientes al pie izquierdo; se observan numerosas lagunas de preparación y policromía, así como un barnizado alterado y oscurecido que oculta el cromatismo real del crucificado. En La Hornacina, a raíz de un estudio publicado hace unos años sobre la escultura sacra de Guillena (ver enlace), también hicimos hincapié en las deficiencias de la policromía, así como en la presencia de fendas y desajustes en los ensambles que hacían aconsejable su restauración.

Para su estudio, previo al inicio de la intervención, ya se han llevado a cabo pruebas radiológicas, fotografías con luz ultravioleta, así como el estudio físico-químico de una serie de muestras (tanto de madera como de policromía) que ayudarán a reconstruir la historia material de la obra.

En paralelo, se está llevando a cabo una investigación histórica en el archivo parroquial, en el de la Hermandad de la Vera Cruz de Guillena, así como en otras fuentes de interés. Toda esta documentación, así como el proceso de restauración, se pretende difundir en una pequeña publicación que sufrague parte de los gastos correspondientes a los trabajos, además de ofrecer a los interesados toda la información que ellos generen.

 

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