EXPOSICIÓN ESPACIO CONFINADO EN FOTOENCUENTROS 08

Thisa Ziff (17/01/2008)


 

Domingo. 2005

 

Dentro del cerebro de Fernando Montiel Klint existe un áurea extraña. El suyo fue un trágico principio a la vida, indicios que informan mucho de su trabajo actual. Su madre murió de una infección después de un parto por cesárea. Ese trágico suceso lo persigue con una presencia ausente, imposible de ignorar. Las imágenes de FMK son construcciones teatrales, observarlas en su creación es ver la danza del fotógrafo con la luz. Sus cuadros invocan el poder de la cinemática estática, son teatrales y bizarros, ejecuciones novelescas, escenas para la cámara construidas en la computadora. La intención no es que el espectador se encuentre a sí mismo dentro de sus cuadros, sino lo opuesto, que se quede como un observador fuera de escena. Ver su trabajo es como abrir las puertas de las habitaciones de un hotel donde en cada cuarto existe otro mundo, de exceso, de dolor, de locura. Klint nos convierte en observadores de sus ficciones, sus experiencias sexuales, sus locuras, su aislamiento, sus fantasías de muerte. Él es a la vez el partícipe, el actor y productor. Está a ambos lados, al frente y atrás de la cámara. Viendo su fotografía sabemos que estamos viendo ficciones. Lo que vemos, sabemos que no es real como una pintura. Sus imágenes tal vez puedan considerarse más cercanas a la pintura y sin embargo nacieron de una práctica fotográfica.

 

Desde el 16 de enero hasta el 16 de febrero
en el Colegio de Arquitectos de Murcia

 

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