La última obra entregada por Santiago y Juan Francisco Expósito Cortés es una imagen de la Virgen del Carmen para la localidad malagueña de Antequera, inspirada en los rasgos de la existente en la iglesia del mismo nombre de dicha ciudad, una talla atribuida al escultor e imaginero José de Medina (hacia 1745).

Ambos artistas han realizado una pequeña imagen mariana de vestir (45 centímetros de altura) que sigue las idealizadas líneas del original antequerano. Candelero y brazos articulados son de madera pintada en tonos azulados, como es usual en estas piezas, mientras que el busto y las manos han sido modelados en barro cocido y policromado al óleo, al igual que la imagen del Niño Jesús (de unos 14 centímetros de altura, aproximadamente), que está totalmente anatomizada y es portada por la Señora sobre su brazo izquierdo.

El atuendo de la Virgen está compuesto por una capa del siglo XIX, confeccionada en tisú de plata y sedas de colores. El escapulario del hábito es del XVIII y para su elaboración se emplearon lentejuelas y piezas de cristal. Respecto a las ropas del pequeño Jesús, han sido realizadas recientemente por la costurera Valvanera Solís.

Pulsando en el icono, podrán ver más fotografías de la figura sin vestir y ataviada con tan rica indumentaria. La corona de María es fruto de la reforma de una antigua, y es de plata dorada cincelada en los Talleres Angulo de Lucena (Córdoba). La peana es del granadino Ladrón de Guevara, en oro fino y mármoles color tierra. En cuanto a las potencias del Niño, son de plata dorada y pertenecen a un taller antequerano sin identificar.