EL LACMA ADQUIERE UNA OBRA ATRIBUIDA A LUISA ROLDÁN

13/05/2019


 

 

Esta escultura en madera policromada representa la Educación de la Virgen o el pasaje en el que Santa Ana enseña con ternura a su pequeña hija María a leer las escrituras. La Virgen contempla atentamente la biblia abierta sobre el regazo de la madre, ilustrando así el temprano compromiso de María con el estudio religioso.

La íntima composición, creada a principios de la década de 1680, es también un acertado retrato del intelecto femenino, y más concretamente de la alfabetización femenina, un raro privilegio en esos años del Barroco, reservado solo para una pequeña fracción de la población femenina de la época. Sin embargo, la transmisión familiar del conocimiento no fue inusual, ni tampoco una excepción para la eminente Luisa Roldán, la escultora femenina más importante del siglo XVII en España.

Nacida en Sevilla en 1652, Luisa fue aprendiz de su padre, el afamado escultor Pedro Roldán, en cuyo taller se formaron muchos otros escultores y pintores, incluyendo probablemente al futuro esposo de Luisa, Luis Antonio de los Arcos. Ella se destacó sobre todo en la talla en madera, y poco a poco fue alejándose del sentimiento severo expresado en la mayoría de las esculturas españolas del siglo XVII, ya que Luisa estaba más interesada en ofrecer un enfoque más sensible en los temas sacros, como se refleja en el trabajo del LACMA.

 

 

Luisa Roldán abandonó el taller de su padre para montar el suyo propio. Recibió encargos de iglesias, cofradías y propietarios privados, con su esposo ayudando en el aspecto comercial y su cuñado convirtiéndose en su pintor preferido. En la primera década de su carrera independiente, el período en el que creó la pieza del LACMA, Roldán trabajó en o cerca de Sevilla y Cádiz.

En 1688, la artista sevillana se mudó a Madrid bajo el hechizo de la corte española. Fue allí, en 1692 bajo el mandato de Carlos II, cuando Luisa Roldán se convirtió en la primera escultora de la corte del rey. La designación sin precedentes de Roldán como "Escultora de Cámara" continuó hasta el siguiendo monarca, Felipe V, y permaneció con ella hasta su muerte a la edad de 53 años.

En la corte española Luisa continuó trabajando tanto en la escultura monumental de madera policromada, como en pequeñas terracotas policromadas, compuestas habitualmente por varias figuras, y por las que llegaría a alcanzar también gran fama internacional.

 

 

El grupo del LACMA, de tamaño académico, demuestra un virtuosismo artístico similar al de otros trabajos de Roldán, bien en terracota, bien en madera. El tema es a la vez encantador y solemne. Su fuerza compositiva insiste en la importancia de los esfuerzos de Santa Ana y en la dedicación de la joven María en torno a su educación. La belleza idealizada de las figuras se ve acentuada por el pronunciado enfoque de Luisa en su presencia física, perceptible en las voluminosas prendas que casi parecen formar un todo cuando ambas mujeres se inclinan una hacia la otra. Otro detalle maravilloso, muy propio de la escultora, es el modelado de la impresión del peso de la santa sobre el cojín de su trono.

La mirada de la santa y sus delicados dedos dirigen las enseñanzas de María hacia las palabras del evangelista Lucas (Lc 1, 35) pintadas claramente en el libro, las cuales anuncian su futuro como la madre de Cristo.

Esta adquisición es una adición importante a la ya sólida colección de escultura policromada española que posee el LACMA (Los Angeles County Museum of Art). El pasado mes de abril, los miembros del Comité de Coleccionistas del LACMA ayudaron generosamente al museo a adquirir ocho obras de arte que abarcan una gran variedad de épocas y culturas. Esta en cuestión fue obsequio del Comité de Coleccionistas con fondos adicionales de Linda Borick y Bill Davidson en nombre de la Fundación Louis L. Borick.

 

 

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