NUEVA OBRA DE ELÍAS RODRÍGUEZ PICÓN

Manuel Jesús Carrasco Terriza (23/06/2014)


 

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La Primitiva Imagen de Nuestra Señora de las Rocinas (1)

Hasta finales del siglo XVI, y desde hacía tres siglos, los almonteños y demás devotos veneraban en la ermita de las Rocinas a la Virgen María, en una imagen de talla escultórica completa, representada de pie, portando el Niño en su brazo izquierdo, y ostentando en la mano derecha un atributo, que podría ser una flor de lis, o algún otro símbolo (2).

Bajo los actuales vestidos, se conserva en buen estado aquella primitiva escultura de la Stma. Virgen del Rocío, de poco más de un metro de alto, al decir de José Alonso Morgado (3). Una cinta que se vendía en el Santuario atestiguaba la medida de 0,85 ms. de alto, en la que posiblemente no se incluyera la altura de la cabeza (4). Las descripciones de José Alonso Morgado, en 1882, y de Santiago Martínez, en 1949 (5), coinciden en atribuirle las características formales y estilísticas de las obras góticas.

Alonso Morgado la sitúa en los inicios del siglo XV, conforme al relato de la aparición:

 

"tiene completamente borrado su rostro, pende de sus hombros un sencillo manto pintado de azul, y el vestido está de verde, sugetándolo a la cintura una correa salpicada de estrellas de color de oro, dejándose ver entre los pliegues de la túnica por su parte baja, el calzado grana de forma puntiaguda. En el sitio del pecho al lado izquierdo, está perfectamente señalado el lugar que ocupó el Niño" (6).

 

Santiago Martínez, por su parte, informa que:

 

"la escultura es de período gótico perfecto, buena como obra artística, bien conservada de la cintura para abajo, no así el resto, que se encuentra mutilado desgraciadamente por arreglos, tal vez muy remotos, con objeto de darle ciertas formas, para adaptarle las ropas, ráfagas y el Niño [...]. La Virgen está de pie, los plegados y forma del cuerpo están muy bien resueltos en su dibujo y modelado, asomándole entre los pliegues unos chapines pintados de rojo. La decoración que se conserva no está mal en sus sencillos dibujos de dicho estilo gótico [...]. La cara tan bella y atrayente de la Celestial Señora, parte principal de toda la imagen, que enmarca el rostrillo cuando está vestida con el traje llamado de Reina, también tiene antigua restauración, conservándose por fortuna todos los rasgos de expresión y modelado de escultura, sin que parezca haber sufrido importantes transformaciones. La encarnación, aunque retocada con seguridad hace muchos años, conserva también lo esencial de la obra antigua [...]" (7).

 

Testimonios orales aseguran, tras una reciente restauración, que la primitiva escultura ofrece un notable parecido con la Virgen de la Hiniesta, patrona de Sevilla, cuya réplica se conserva en la iglesia hispalense de San Julián, a la que hemos de acudir como punto de referencia. Se trata, pues, de una imagen de pie, según el modelo iconográfico de la Hodegetria, o Virgen Conductora, portando el Niño Jesús en su brazo izquierdo. Apenas se insinúa la postura que en la estatuaria francesa se denomina hanchement (8), es decir, el desplazamiento de la cadera para contrarrestar el peso del Niño; postura del cuerpo que en fechas más avanzadas del gótico internacional -mediados del siglo XIV- será más pronunciada, como en la Virgen de los Milagros de La Rábida. Al parecer, viste una túnica verde azulada, que modela el volumen de la pierna derecha adelantada, en contrapposto. Luce sobre la túnica un manto azul, orlado por fimbria dorada, que, desde sus hombros, cubre horizontalmente el torso en livianos pliegues. Por ambos lados, el manto pende verticalmente, dejando ver las vueltas rojas. Siguiendo el curso de los pliegues, desciende una estrecha correa, salpicada de estrellas de oro. Bajo la rozagante túnica, asoman unos chapines de color grana y forma puntiaguda.

En cuanto a la cronología, hemos de apartarnos del punto de referencia, pues, mientras que los relatos de la aparición de la Virgen de la Hiniesta la sitúan en 1380, en cambio, para la imagen venerada en la ermita de las Rocinas tenemos una primera fecha documentada en 1335 (9). Atendiendo a las características formales, comunes a la estatuaria francesa (10), puede datarse la imagen de la Virgen de las Rocinas entre los años finales del siglo XIII -para no descartar la hipótesis de Infante Galán- y el año 1335.

Para poder ser vestida, la primitiva talla sufrió una drástica intervención, consistente en la eliminación de brazos y manos y cambio de la infantil figura. La figura fue suplementada hasta alcanzar la altura de 1,56 m. Es posible que, a partir de entonces, los ojos de la Virgen adoptaran su dulce y seductora mirada baja, en lugar de la vista frontal propia de la imaginería gótica. El rostro, no obstante, conserva en sus facciones los rasgos característicos de las obras góticas: perfil agudo, con nariz recta, y sonrisa arcaica, que en arte griego se denomina eginética.

Elías Rodríguez Picón ha imaginado cómo sería la primitiva imagen, partiendo de la imagen de la Virgen de la Hiniesta, y completándola con los pocos rasgos que nos transmiten José Alonso Morgado, Santiago Martínez y las noticias de la última restauración. Sin duda, ha conseguido una bellísima imagen, muy fiel a los cánones góticos, para situarla en una escenografía muy sugestiva, que nos transporta a siglos de leyenda. Elías consigue que el arte de la fotografía perpetúe la conjunción el arte de la escultura con el arte de la escena.

 

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BIBLIOGRAFÍA

(1) CARRASCO TERRIZA, Manuel Jesús, "La iconografía de la Virgen del Rocío y su proceso de fijación", en GONZÁLEZ CRUZ, David, (Ed.), Ritos y ceremonias en el Mundo Hispano durante la Edad Moderna. Actas del II Encuentro Iberoamericano de Religiosidad y Costumbres populares. Almonte - El Rocío (España), del 23 al 25 de noviembre de 2001. Huelva, Servicio de Publicaciones de la Universidad de Huelva, 2002, págs. 354-357.

(2) CARRASCO TERRIZA, Manuel Jesús, Guía para visitar los Santuarios Marianos de Andalucía Occidental. Volumen 12 de la serie María en los Pueblos de España, Madrid, Edic. Encuentro, 1992, págs. 192-193. GONZÁLEZ GÓMEZ, Juan Miguel y Manuel Jesús CARRASCO TERRIZA, Catálogo monumental de la provincia de Huelva, Huelva, Universidad de Huelva, 1999, pág. 70.

(3) ALONSO MORGADO Y GONZÁLEZ, José, "La imagen de la Virgen del Rocío venerada en su santuario del término de Almonte", en Sevilla Mariana, t. III, Sevilla, 1882, págs. 50-51.

(4) "Medida de Ntra. Sra. del Rocío, Patrona de Almonte". Cfr. AA.VV. El Rocío, t. II, Ed. Andalucía, Granada, 1981, págs. 72-73.

(5) Archivo de la Hermandad del Rocío de Almonte (AHRA), Libro de Actas de 1949, Sesión extraordinaria de 30-10-1949. GONZÁLEZ GÓMEZ, Juan Miguel y Manuel Jesús CARRASCO TERRIZA, Escultura mariana onubense, Huelva, Diputación Provincial, 1981, págs. 294-295.

(6) ALONSO MORGADO, José, o.c., págs. 50-51.

(7) MARTÍNEZ, Santiago, en AHRA, Libro de Actas de 1949, Sesión extraordinaria de 30-10-1949.

(8) Cfr. FERNÁNDEZ-LADREDA, Clara, Imaginería medieval mariana, Pamplona, 1989: características similares aparecen en la Virgen de la parroquia de San Nicolás de Pamplona, págs. 284-288.

(9) LADERO QUESADA, Niebla, de Reino a Condado, o.c., pág. 48.

(10) LEFRANÇOIS-PILLION, Louise, "Les statues de la Vierge à l'Enfant dans la sculpture française au XIVè siècle", en Gazette des Beaux Arts, t. XIV (1935), pág. 143. KOECHLIN. R., "Essai de classement chronologique d'après la forme de leur manteau des Vièrges du XIVè siècle debout portant l'Enfant", en Actes du Congrès d'Histoire de l'art, Paris, 1924, t. III, pág. 496. FERNÁNDEZ-LADREDA, Clara, Imaginería medieval mariana, o.c., pág. 287, nota 72; pág. 288, col. 2.

 

Nota de La Hornacina: acceso a la galería fotográfica de la obra a través del icono que encabeza la noticia.

 

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