Se trata de una pequeña imagen de Jesús con la cruz a cuestas, de 40 centímetros de altura, realizada por David Romero Alonso y Francisco Rovira Yagüe al más puro estilo del obrador sevillano DAROAL, empleando barro cocido y policromado al óleo en su ejecución. Su destino es una colección particular de Granada.

El Nazareno es de bulto redondo y sujeta la cruz, bastante encorvado, en sentido contrario al habitual. Al estar aún el madero, de sección rectangular, apoyado en el suelo, advertimos que lo acaba de recibir, al igual que el sevillano Nazareno de la Cofradía del Silencio, si bien ciertos influjos manieristas lo acercan más al Cristo de la Corona de la parroquia hispalense del Sagrario, obra que participa también de la misma iconografía.

La pieza, de pálidas carnaciones y rasgos orientalizantes, muestra un semblante de gran resignación. La pesada túnica tiene, a la altura del talle, una cuerda superpuesta a modo de cíngulo. La monocromía del ropaje, unido a la carencia total de adornos en el mismo y el madero, subrayan la austeridad de la composición.