Ecce Homo

La última pieza cristífera del escultor e imaginero portuense es un dramático busto de Ecce Homo destinado a la provincia de Córdoba. Ha sido tallado en madera de cedro real y policromado al óleo hasta la altura del pecho para ser revestido con túnica de terciopelo morado y cordoncillo dorado que pende del cuello. La imagen mira hacia arriba con gesto implorante, revelando la abundancia de hematomas y sangre el reciente tormento infligido. Como detalle a destacar tenemos la corona de espinas en forma de serpiente como símbolo del mal, algo habitual en el Barroco pero nunca representándose como una sierpe real en su extremo.

Dolorosa

Al igual que la anterior, esta Virgen Dolorosa ha sido trabajada en madera de cedro real y policromada al óleo, todo ello con el sabor clásico de la escuela sevillana de imaginería. En este caso, sin embargo, se trata de una imagen de cuerpo entero, del tipo de candelero para vestir, labor que ha corrido a cargo de Jaime Gutiérrez Casado. Llama la atención su mirada baja, con los párpados entornados e hinchados por el llanto debido al sufrimiento del Hijo. Su destino es la localidad mexicana de Tonalá, integrada en la zona metropolitana de Guadalajara, capital del estado de Jalisco con la que limita por la parte occidental del territorio.