San Pío de Pietrelcina

La Iglesia de El Salvador, filial de la parroquia toledana de Santo Tomé, cuenta con una nueva imagen procesional del venerado fraile capuchino, definido por el arzobispo Francisco Cerro Chaves como el santo del amor a la Iglesia que hizo propio el sufrimiento de la humanidad, tremendamente contemporáneo.

El propio escultor e imaginero alicantino explica que, desde el templo de El Salvador, le pidieron una imagen devota, con unción, que reflejase en su rostro toda la bondad y santidad del llamado Padre Pío. Además, debía ser portadora de ornamentos sagrados para poder reflejar así el momento en que distribuye la sagrada comunión, apreciándose los estigmas sangrantes que surgieron de sus manos.

Ramón Cuenca Santo tuvo que estudiar la vida del santo de Campania (Italia) para poder comprender su carisma y espiritualidad. Igualmente subraya que no quería caer en el hiperrealismo escultórico para que la obra no perdiese el halo de misticismo que ha de reflejarse en toda imagen sagrada.

El resultado ha sido una escultura para vestir, tallada en madera de cedro y policromada al óleo, que figura sobre peana y mide 140 cm de altura. Los brazos son articulados para facilitar la vestimenta de una imagen de la que, próximamente, les ofreceremos más documentación fotográfica.