El pasado 31 de marzo de 2023, Viernes de Dolores, en la villa santiaguista de Lorquí (Murcia) se bendecía la nueva talla de la Virgen de los Remedios (1), salida de las gubias de D. Ramón Cuenca Santo. Con este acto se cerraba un capítulo iniciado en 2009 con la compra de unas imágenes antiguas que representaban el sexto dolor de la Virgen, es decir una imagen mariana sedente con un cristo muerto en su regazo. Esta adquisición pretendía recuperar la muy antigua devoción ilorcitana a la Virgen de los Remedios que la destrucción de 1936 y el olvido posbélico habían terminado por desterrarla de la memoria colectiva. Sin embargo, la escasa calidad artística del simulacro mariano y, sobre todo, su falta de sintonía con la imagen cristífera hacían necesaria una sustitución de la primera en aras a conseguir una mayor unción religiosa.

El escultor alicantino, con una humildad poco frecuente en el mundo artístico, supeditó su forma de entender la figura de la Santísima Virgen, apartándose un tanto de sus cánones habituales, para adecuarse a la interesante y vetusta imagen del Cristo de caracteres góticos al que debía acompañar y sostener en su regazo. Con todo, la imagen de gran unción religiosa, nos muestra a una Virgen bella, pero de rasgos más maduros de los que acostumbra a dotar a sus esculturas y en cierta manera inspirada en representaciones marianas góticas, pero con un modelado y una policromía naturalistas, más propias de su estilo neobarroco.

La importancia de la devoción a la Virgen de los Remedios se asentaba en el Milagro de Lágrimas y Sudores (2) que el presbítero D. José Villalva y Córcoles cita en su obra “El Pensil del Ave María”, publicada en 1730 (3). El impacto del hecho, la antigüedad de la imagen y la existencia de una cofradía homónima que se encargaba de su culto, permitieron que en Lorquí, al menos desde 1718, se asiente la devoción a los Dolores de la Virgen y que el desarrollo de la misma permitiera encargar a Francisco Salzillo, en la segunda mitad del setecientos, las hermosas imágenes de Ntro. Padre Jesús Nazareno y Ntra. Sra. de Los Dolores.