Con destino a una colección particular de la ciudad de Murcia, la última obra salida del taller del alicantino Ramón Cuenca Santo responde a una tierna representación del Niño Jesús en posición sedente.

La pieza, que mide 50 cm de altura, está realizada en madera de cedro, policromada al óleo con una luminosa encarnación a aplicada a pulimento. Los globos oculares son de vidrio, habiéndose colocado en los párpados superiores unas pestañas de pelo natural.

El Divino Infante inclina la cabeza a la izquierda reclamando la tierna atención del espectador, mientras apoya sobre el pecho la mano izquierda y extiende la derecha en ademán de entrega.

Dicha posición describe un dinámico movimiento a base de líneas diagonales contrapuestas, dibujadas por la dirección de piernas y brazos, asimilando una vez más la tradición escultórica levantina del Setecientos, muy influenciada por los modelos italianos y franceses del siglo XVII.

Los mismos precedentes cronológicos acusa el mórbido estudio anatómico de este Niño Jesús, caso de los redondeados volúmenes que caracterizan el modelo escogido en este tipo de representaciones.