NUEVAS TALLAS DE RAMÓN CUENCA SANTO PARA YECLA (MURCIA)

Santiago Rodríguez López (21/03/2009)


 

Galería de Fotos

 

Se trata de las dos primeras imágenes del nuevo paso de la de Negación de San Pedro, que desfilará el próximo Jueves Santo por las calles de Yecla y al que, en 2010, se le incorporarán las dos imágenes que restan para su finalización. Tanto la hechura cristífera, titulada Cristo del Amor, como la del príncipe de los apóstoles son de madera de pino policromada para vestir, contando con unas medidas de 175 cm (Jesús) y 170 cm (San Pedro).

El momento representado, más propio de lo pictórico que de lo escultórico aunque frecuente en las procesiones levantinas, es cuando, en la noche del Jueves al Viernes Santo, Cristo es conducido a casa de Caifás, hasta donde Pedro, presente en los hechos de Getsemaní, lo había seguido, intentando pasar inadvertido. Reconocido por una sierva y un pariente de Malco como amigo del preso, el apóstol responderá de manera negativa en tres ocasiones.

Aunque la escena es relatada por los evangelistas, únicamente San Lucas (Lc 22, 54-62) nos habla de la presencia de Jesús en el lugar. Sirviéndose de esto, la iconografía pasional y las limitaciones espaciales con las que cuenta el imaginero, propician que Cristo aparezca cercano al apóstol, en un cruce de miradas casi atemporal, plasmando un instante breve mediante un diálogo mudo que abre el campo de posibilidades y recursos expresivos del artífice.

En el caso de la nueva obra del escultor alicantino, la composición viene dada por un total de cuatro figuras, situadas en una superficie definida por dos alturas, unidas por dos escalones longitudinales. Sobre la elevación, situada en la trasera del paso, se sitúa Jesús, que baja los escalones conducido por un soldado romano, situado en la parte baja de la escena y cuyos pasos se dirigen, en diagonal, fuera de la escena. Por otra parte, en la delantera del trono se sitúan las figuras de la criada, sentada junto a un fuego, y San Pedro, que huye en una marcada diagonal. En la próxima Semana Santa, solamente se podrán ver las figuras del Redentor maniatado y del santo en el trono, por lo que una vez se termine el conjunto, cambiará su disposición y, con ello, su percepción grupal.

Las tallas suponen una contraposición de estados de ánimo y captación psicológica, ya que el autor dota a Cristo de un semblante melancólico, sereno y noble, así como de un pausado ritmo que anima la resignada figura, mientras que Pedro se muestra dramático y atormentado por su negación, dirigiéndose decididamente fuera de la escena mientras gira la cabeza, enfrentando su arrugado semblante, lleno de estupor y sorpresa, ante la presencia de la afligida mirada del Maestro, del que intenta ocultarse con la mano izquierda, crispada y tensa por lo embarazoso y doloroso de la situación, mientras con la derecha agarra fuertemente sus vestiduras.

Si pulsan en el icono, podrán ver más fotografías de una obra donde se hace patente, como es habitual en la trayectoria del autor, la presencia del retrato, no sin cierta idealización, lo que sin duda permite una importante renovación de los estereotipos comúnmente aceptados en imaginería, sin romper en absoluto con la importante tradición que le precede, de la que las pálidas carnaciones así como las terminaciones a pulimento, la utilización de aditamentos como pestañas y la lágrima que brota del ojo izquierdo del Cautivo, son fiel reflejo. 

 

Volver         Principal

www.lahornacina.com