RESTAURACIÓN DEL CRBMC

02/04/2014


 

 

El Centre de Restauració de Béns Mobles de Catalunya (CRBMC), a través de la labor de las restauradoras Beatriz Montobbio y Nuria Piqué, ha llevado a cabo una importante intervención de restauración-conservación en La Presentación de Jesús en el Templo, una obra de Antoni Viladomat (1678-1755) que ha tenido la suerte de no sufrir muchas modificaciones hasta el punto de llegar hasta nosotros en estado casi puro, lo que la convierte en una obra de excepción para estudiar la técnica del pintor barcelonés del barroco.

Los criterios actuales de mínima intervención bajo los que se afrontan este tipo de actuaciones tienen como finalidad aportar a la obra la máxima estabilidad y devolver su legibilidad. Se evita someter la obra a tensiones y riesgos innecesarios, y se respetan todos los elementos que conforman su historia.

Esta obra de Viladomat es una pintura sobre lienzo sin marco, de formato casi cuadrado. El soporte textil es de fibras liberianas, tejidas en tafetán sencillo de trama abierta e hilos bastante irregulares. La densidad de los hilos es de 8,5 hilos por cm en la urdimbre, por 10 hilos por cm en la trama. La torsión de los hilos, tanto de la trama como de la urdimbre, es en "Z". En la zona central inferior presentaba dos desgarros.

En algún momento, la tela se desclavó parcialmente de su bastidor original y se volvió a clavar en el mismo bastidor original, al que se le sustituyó uno de los listones. El bastidor fijo, con encaje de media madera y espiga en los ángulos, presentaba un estado muy deteriorado: había perdido el travesaño horizontal central, del cual las restauradoras encontraron el encaje al listón lateral izquierdo y el rastro de la reserva de polvo, marcado en la tela. Tres de los listones parecen de época y el cuarto es posterior, de madera aprovechada. El ataque severo de insectos xilófagos ha debilitado la madera en varias zonas, sobre todo en los ángulos.

La capa de preparación está compuesta por una carga, un aglutinante y una tierra almagre que le da el tono rojizo, tradicional del pintor. Se trata de una capa bastante gruesa y perceptible en los laterales y en las zonas con pérdidas. En general, estaba bien adherida a la tela, excepto en algunos puntos. Las pérdidas de capa de preparación coincidían con los dos desgarros de la zona central inferior y alguna otra pequeña zona puntual.

 

 

Respecto a la capa pictórica de la obra, está ejecutada mediante pincel, con técnica al óleo, y aplicada con una capa de diferentes espesores, siendo más gruesas las zonas donde destacan luces. El estrato pictórico tiene una buena adhesión con la capa de preparación. En algunas zonas se han producido levantamientos y pérdidas, debido a una deficiente manipulación y la humedad que ha sufrido.

La abundante suciedad superficial acumulada era debida principalmente al polvo volátil ambiental, a la contaminación atmosférica y a humos y hollines de velas, que ennegrecían la capa pictórica. A través de la observación con luz ultravioleta se observaba que sólo tenía barniz localizado en la zona superior derecha (sobre San José), a modo de regueros, y una mancha central sobre el dedo del Niño Jesús.

Para su restauración se ha efectuado la desinfección con cámara de anoxia y se ha fijado la capa pictórica con la mesa de succión, con calor controlado y con aplicación de cola orgánica. El bastidor se ha limpiado y se ha reforzado para que ganara estabilidad, con unos refuerzos metálicos en los ángulos y la colocación del travesaño perdido, respetando los añadidos históricos. Se han minimizado las deformaciones de la tela y se han tratado los desgarros y agujeros con un tratamiento de microsoldadura de hilos, para posteriormente reforzarlo con hilos puente, siguiendo el protocolo del CRBMC. Para la zona inferior derecha, desprendida, se han aplicado puntos de tensión con tela sintética (artículo Lipari, de Trevira CS), adherida con Beva film.

A continuación, se hizo una limpieza acuosa con el pH regulado. Después de hacer el test de limpiezas implementado en el CRBMC, se ha decidido utilizar un pH 7, que ha permitido eliminar la suciedad superficial adherida. No ha sido necesario realizar una segunda limpieza con disolventes, ya que no presentaba oxidación de barniz ni alteraciones que impidieran la lectura unitaria de la obra. Con bisturí, se ha quitado la gota de barniz que había en la parte central de la escena, que coincidía con la mano del niño. Se ha decidido no barnizar la pintura para no interferir en los materiales originales y pueda ser una obra de estudio de la técnica del pintor. La nivelación de las lagunas se ha hecho con la masilla tradicional, que se ha aplicado de forma muy precisa a pincel, evitando dejar aureola dado que la superficie no ha sido barnizada. La reintegración cromática se ha realizado siguiendo el criterio ilusionista con pigmentos y barniz de bajo peso molecular.

Como medida de conservación preventiva, se ha protegido el reverso con Tyvek 1443R, un tejido de polietileno de alta densidad, químicamente neutro y transpirable, para evitar la acumulación de polvo y otras partículas, y como barrera para reducir los efectos de fluctuaciones de temperatura y humedad y los ataques biológicos. La obra (siglo XVIII) se conserva en el Museo Diocesano de Barcelona.

 

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