Ayer se presentó en la Catedral Basílica de Santa María del municipio catalán de Tortosa (Tarragona) la segunda fase de la restauración del monumental retablo de Santa Anna, joya del arte barroco de la catedral tortosina. La primera fase de los trabajos fue presentada en La Hornacina el 21 de marzo de 2018.

La presentación de esta segunda fase corrió a cargo del canónigo, archivero y director de la exposición de la catedral, Josep Alanyà; de la directora del Centre de Restauració de Béns Mobles de la Generalitat de Catalunya (CRBMC), Àngels Solé; del responsable del área de pintura y escultura sobre madera del CRBMC, Josep Paret, y del decano del Cabildo Catedralicio y vicario general, José Luis Arín.

El retablo barroco de Santa Anna, antiguamente dedicado a San Rufo de Aviñón, lo forman 56 piezas en madera tallada, policromada y dorada, entre 1728 y 1732. Encargado por el Cabildo Catedralicio de Tortosa, fue obra del escultor Isidre Espinalt i Serra-rica (Sant Joan d'Oló, 1658 - Sarral, 1737) y de su hijo homónimo.

Su restauración, promovida por el Cabildo Catedralicio y el Obispado de Tortosa, ha sido dirigida por el CRBMC y se ha llevado a cabo en sus instalaciones de Valldoreix (Barcelona) durante doce meses.

El retablo se desmontó el año pasado con carácter de urgencia, al detectarse un alto riesgo de colapso de uno de los laterales a causa del estado de conservación muy deficiente del soporte de madera y de su estructura, que ponía en peligro tanto la integridad del retablo, como la seguridad de visitantes y fieles. Los trabajos de evaluación determinaron que el retablo no se había desmontado nunca desde que fue inaugurado.

La intervención ha consistido principalmente en consolidación, estabilización y refuerzo para corregir las graves deficiencias estructurales. También se han desinsectado mediante anoxia todas las piezas y se ha limpiado la superficie pictórica para retirar los estratos de suciedad que velaban los colores y la brillantez de los dorados originales. Los trabajos han sido lo más respetuosos con la obra, teniendo en cuenta su historia y uso litúrgico.

Actualmente, las 56 piezas del retablo esperan la tercera y última fase de intervención, que consistirá en montarlo de nuevo en su emplazamiento original. Ello se llevará a cabo durante el primer trimestre de 2020.