El Centro de Restauración de Bienes Muebles de Cataluña (CRBMC) ha dirigido la restauración de cuatro relieves de época neoclásica, realizados entre finales del siglo XVIII y principios del XIX, tras una labor que ha durado cuatro meses en los que ha participado un equipo multidisciplinar de conservadores y restauradores. Los relieves representan las escenas bíblicas del Sacrificio de Isaac, la Bendición de Melquisedec a favor de Abraham, la Muerte de Sísera por parte de Jael y la Muerte de Holofernes a manos de Judit.

Se desconoce la procedencia exacta de los relieves. Actualmente se exponen en la sala de conferencias que se encuentra en el primer piso de la casa señorial de Can Boles, propiedad del Ayuntamiento de Amer (Girona).

Los relieves presentaban un estado de conservación deficiente, tanto a nivel de soporte como de policromía, puesto que habían sufrido un ataque de insectos xilófagos y padecían grietas, manchas y otros daños causados por la humedad. En la capa pictórica, la principal patología era la presencia de un repinte general sobre el temple original, hecha con pintura plástica sintética, sobre la cual, además, había una capa de cera oxidada, que daba a la superficie pictórica un aspecto oscuro y mate.

El proceso de conservación-restauración ha consistido, en cuanto al soporte, en la desinsectación de las piezas mediante el proceso de anoxia, y posteriormente, en su estabilización restañando las grietas. En cuanto a la policromía, primero se ha eliminado la capa de cera oxidada y después el repinte de pintura plástica sintética, tras lo cual se encontró la policromía original en el temple que imita un marmoleado, la cual estaba llena de múltiples deposiciones de moscas, que han tenido que ser retiradas a punta de bisturí.

La presentación final de la obra ha sido diferente en el caso de los relieves y de los marcos. Los relieves se han reintegrado cromáticamente, de manera ilusionista, después de tapar los agujeros de los xilófagos. En cuanto a los marcos, una vez limpios, se les aplicó estuco tradicional para reintegrar las pérdidas de las capas de preparación y pictórica, que dejaban al descubierto la madera, y posteriormente se reintegraron cromáticamente. A todo el conjunto, por delante y por detrás, se le aplicó una capa de barniz de protección.

Para acabar, y como medida de conservación preventiva, se ha decidido cubrir el reverso de los relieves con una tela sintética de pH neutro, para proteger la parte no visible durante la exposición de las obras.