El proceso de conservación y restauración llevado a cabo ha comprendido el estudio compositivo y el diagnóstico del estado de conservación. Antes de trasladar la obra al CRBMC, en su sede de Valldoreix, se efectuó una intervención de urgencia en el interior del templo para fijar las pérdidas de la capa pictórica, así como una primera limpieza de la suciedad acumulada en el reverso y el anverso.

Ya en el CRBMC se continuó con la desinsectación por el sistema de anoxia, la fijación de la capa pictórica, el tratamiento de la tela del soporte y el montaje a un nuevo bastidor. Seguidamente, se procedió a la limpieza química de la superficie pictórica, la nivelación de las lagunas pictóricas, la aplicación de un barniz de protección y la reintegración cromática perceptible a base de un plumeado.

Las fases finales del proceso han sido el enmarcado, previo tratamiento de estabilización del marco original de la obra; la protección del reverso del cuadro, como medida de conservación preventiva, y el acondicionamiento para exponer la obra en la capilla lateral de la iglesia de Sant Antoni.