NUEVA OBRA DE ISRAEL CORNEJO

Juan Antonio Sánchez López (13/03/2015)


 

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En plena crisis de los valores tradicionales, la Semana Santa del siglo XXI ha sido capaz de reinventarse y con ella la figura del imaginero que se ha revalorizado, probablemente, hasta unos límites a los que hubiese sido difícil llegar en otra época, gracias a la difusión brindada a su obra por los medios de comunicación y las redes sociales. La capacidad actual del artista a la hora de sumar nuevas influencias y referentes artísticos a los ya clásicos de otros periodos, presta a la imaginería un nuevo período de esplendor dentro de la versatilidad a la que se presta la escultura procesional, donde las influencias, referencias e interferencias entre obras y escultores son un claro ejemplo de la modernidad de la misma, sin menoscabo de otras experiencias creativas alentadas por el espíritu de la contemporaneidad. Durante siglos, el éxito -y, a la postre, supervivencia, continuismo y vigencia- de la escultura procesional viene basándose en su capacidad para reinventarse y renovarse iconográficamente, adaptándose a los gustos, modas, hábitos y tendencias de cada momento histórico, ya sea por la vía del anacronismo cuando no de un flagrante oportunismo estético.

En virtud de esta premisa, las escenas de la Pasión acabaron convirtiéndose en auténticos tableaux vivants que, en paridad con el cuadro de género, se erigen en inequívocos "espejos" de la vida cotidiana y de los "tipos" humanos de cada época. De ahí que la proyección de los tipos modernos sobre las creaciones escultóricas al servicio de las corporaciones penitenciales también nos descubre y delata la fascinante habilidad de la escultura procesional para "vampirizarlos" y transformarlos, una vez más, en productos culturales hijos de su tiempo.

Artista con fuerte capacidad de autosuperación, autocrítica y concienzudo trabajador, Israel Cornejo Sánchez (Vélez-Málaga, 1979) viene protagonizando, de unos años a esta parte, un interesante proceso de madurez y búsqueda en la definición de un sello propio donde la ejecución del misterio del Santo Traslado para la Semana Santa de Málaga en 2011, ha marcado un antes y un después en su trayectoria. Aunque el artista ejerza vocacionalmente y se considere a sí mismo un imaginero castizo que bebe de las fuentes barrocas, ya en el misterio de los Preparativos de la Crucifixión (2013) para el Cristo de la Meditación de la Cofradía Universitaria de Granada y en el Jesús Nazareno (2014) de la parroquia del Carmen de Alhama de Granada (fotos inferiores) se hace evidente su receptividad hacia las propuestas clásicas, combinándolas con el aporte de novedad y frescura expresiva inherente a la reinterpretación de modelos vivos, de fuerte impronta contemporánea.

A nadie escapa la solvencia artística demostrada por el joven escultor-imaginero en la ejecución de obras de este tipo, según demuestra una prolífica producción extendida por numerosos lugares de Andalucía y otros puntos de la geografía española. En consecuencia, no es extraño que la Cofradía de la Pollinica de Vélez-Málaga decidiera encomendarle la ansiada nueva hechura de su titular para abrir los cortejos procesionales de la capital de la Axarquía y, por extensión, de una de las más importantes Semanas Santas de la provincia de Málaga.

Así las cosas, el 14 de febrero de 2015, tenía lugar la bendición de esta hermosa interpretación del Salvador sobre el jumento que trae a nuestra memoria aquel memorable pasaje evangélico en que Cristo descendió de Betania a Jerusalén montado en un asno, acompañado por su pollino, haciéndose constar que los habitantes de la urbe salieron a su encuentro, entonando el Hosanna y proclamando su filiación regia como descendiente o "Hijo de David". En este sentido, era cuanto menos que lamentable que la interpretación de tan carismático pasaje en la ciudad de Vélez-Málaga pasase, hasta este gran acontecimiento, por la nefasta influencia de la imaginería seriada de los Talleres de Olot que, durante décadas y por más de un siglo desde 1880, ha suministrado a un sinnúmero de poblaciones el mismo y deleznable "modelo" iconográfico, carente de personalidad e interés artístico en cuanto a estereotipo y viva encarnación de lo kitsch, por lo edulcorado e inexpresivo de su factura.

Muy al contrario de tales premisas, el gran esfuerzo de Israel Cornejo se ha dirigido a crear una representación escultórica dotada de fuerte personalidad y, ciertamente, de una impronta mayestática y solemne al tiempo que algo melancólica e introspectiva, muy distinta a otra suerte de representaciones más convencionales del tipo. Asimismo, esta nueva obra representa un progreso altamente significativo del escultor con respecto a la obra de iconografía similar que realizase, en 2009, para la Hermandad de la Borriquita de la localidad pacense de Jerez de los Caballeros. Con ello, Israel Cornejo demuestra consecuentemente lo apuntado líneas atrás en relación a su búsqueda, desde 2011, de un lenguaje estético personal que se adivina especialmente en aquellos encargos que le permiten enfrentarse a personajes masculinos e iconografías de cierta complejidad compositiva, aún cuando también en sus celebradas Dolorosas se perciban síntomas de esta evolución. Valga como ejemplo la bellísima Madre de Dios (2013), realizada para la Hermandad del Silencio de Jaén.

Desde el punto de vista estético, el flamante Cristo de la Pollinica veleño confirma a este artista como uno de los más dignos continuadores de la estética del neoexpresionismo realista que pasa por ser, en el momento actual, la opción iconográfica y plástica más idónea para la resolución de los misterios procesionales con la calidad expresiva, la dimensión escénica, la propiedad histórica y el sentido de la contención demandados por la cultura visual actual. Con idéntico criterio al aplicado por Cornejo a las esculturas realizadas para el misterio de la corporación estudiantil granadina, esta pieza es asimismo una notable muestra de síntesis creativa y artística. De hecho, además de la potencia fisonómica y temperamental inherente a la inspiración en un modelo vivo real y singular, del que capta la impronta, dimensión afectiva y trasfondo emocional, al tiempo que toma del mismo sus facciones, Cornejo ha sabido verificar en el conjunto una interesante relectura de los acentos castizos tan arraigados en las piezas procesionales andaluzas del siglo XX y que se delatan, especialmente, en la matizada policromía y el elaborado y cuidadísimo tratamiento técnico de la cabellera y la barba, cuyos esmerados bucles y guedejas rinden un declarado y fervoroso homenaje al barroquismo rebelde y desbordante de Buiza.

Desde la perspectiva iconográfica también son interesantes dos aspectos que atañen a la composición y facultad "parlante" de la obra, cuales son la posición sedente de Cristo y la incorporación de referencias textuales en el basamento del conjunto. Al eludir la habitual figura a horcajadas en pro de una visión del personaje sentado de costado sobre el jumento se consigue crear una sensación de cierta inestabilidad, que imprime dinamismo y naturalidad al conjunto, gracias al eje diagonal que acaba englobándolo compositivamente. No menos sobresaliente es el trabajo escultórico del animal, habida cuenta que una obra de estas características -al igual que sucede con la problemática de los monumentos públicos- es, por definición, un auténtico conjunto ecuestre en el que la figura del animal exige del artista casi tanto celo profesional como la propia representación humana del jinete. Y es evidente que Israel Cornejo sale más que airoso de esta difícil prueba por la calidez, sabor popular y estirpe realista que imprime a la montura.

Por otro lado, el basamento presenta en sus cuatro frentes las inscripciones latinas, escritas con letras capitales romanas doradas, EXVLTA FILIA SION, LAVDA FILIA HIERVSALEM: ECCE REX TVVS SANCTVS, ECCE MVNDI SALVATOR ("Alégrate Hija de Sión, salta de gozo Hija de Jerusalén, he aquí a tu Rey Santo, he aquí al Salvador del Mundo"), inspiradas en el texto de la profecía de Zacarías sobre la venida del Mesías manso y humilde, montado en un pollino, hijo de asna.

 

Nota de La Hornacina: acceso a la galería fotográfica de la obra a través del icono que encabeza la noticia.

 

 

 

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