NUEVA OBRA DE JUAN CAÑERO

09/08/2023


 

 

El Centro de Interpretación Cultural de Hornachuelos (Córdoba), acoge la exposición pública de la obra titulada Cristo de las Llagas, una escultura que es obra del artista local Juan Cañero y que se atiene a la realidad científica de la muerte de Jesús, de ahí que impacte al público visitante no solo por su calidad técnica, sino también por su realismo.

Formado en la Escuela Superior de Bellas Artes de San Fernando de Madrid, Juan Cañero Castro (Hornachuelos, Córdoba, 1947) es doctor por la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Complutense de Madrid, y ha ejercido como catedrático de Dibujo en ciudades como Madrid, Córdoba y Cuenca. Tiene obras en diversos museos y colecciones privadas de diferentes países. Cuenta con una dilatada carrera, reconocida en toda España, pero siempre ha sido generoso con su localidad natal: donó la pintura panorámica de Hornachuelos que luce en la segunda planta del Ayuntamiento, la colección de Diosas del Museo del Prado que hoy decoran la escalera del Ayuntamiento, cedió las cinco obras que están en La Posada de Arrieros -sede del CEICUH (Calle Mayor, 20)-, en la sala de pintores locales, y ahora el Cristo de las Llagas también forma parte de ese tesoro.

El propio autor relata que esta imagen la empezó a proyectar en el verano de 2005. En primer lugar, recopiló información histórica que tuviera visos de ser verdad: estatura, fecha, martirio y crucifixión según la forma usada por los romanos, número de clavos para fijarlo a la cruz, ataduras -además de los citados clavos-, instrumentos de tortura -látigo de tres colas llamado "flagellum", número de latigazos que recibía un reo según la ley romana, cómo se realizaba la crucifixión, forma de la cruz, peso aproximado, etcétera. Todo ello encaminado a conocer todo sobre el castigo infligido y el estado físico en que pudo quedar el cuerpo de Jesús llegado el momento de ser clavado en la cruz.

 

 
 

 

No es un crucificado al uso, es un crucificado en el momento previo a ser clavado, tendido en horizontal y aún vivo. La sangre fluye de sus heridas en todas las direcciones y no en sentido vertical, como sería lógico si estuviera en la cruz ya elevada. Por este mismo motivo tampoco tiene la herida de la lanza en el costado. El gesto de su rostro es de intensísimo dolor y parece querer mirar su muñeca derecha, recién taladrada por el clavo.

Según los evangelios, Jesús era un hombre corpulento y de elevada estatura. En algún sitio se le nombra como "gigante de Galilea". Mediría en torno a 190 cm de altura. Teniendo en cuenta que la talla media de un judío de la época era 155 cm, aproximadamente, debería de sobresalir por encima de sus coetáneos.

Para el creador de la obra, pintor y escultor, no es de extrañar que Jesús, acostumbrado tanto a trabajar con su padre en el taller de carpintería -labor más cercana a la construcción de casas que a la de muebles-, como a caminar grandes distancias para sus desplazamientos, tuviera una fortaleza física extraordinaria. Según estas medidas, y pasándolas proporcionalmente a las tallas humanas de nuestros días, en la actualidad debería medir unos 240 cm de altura.

 

 

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